Los españoles se toman en serio su salud y nutrición. Esta es la primera conclusión que arroja el informe sobre 'Salud y Bienestar', elaborado por la consultora Nielsen. Según sus datos, nueve de cada diez personas personas encuestadas afirman que en los próximos meses mantendrán o aumentarán la compra de fruta y verdura . Además, más del 80% tiene previsto aumentar o mantener las compras de pescado y marisco . Si a estos productos se le suman las frutas y verduras, los españoles corroboran su fama de comprador de productos frescos, lo que les convierte el los mayores en toda Europa. Según las conclusiones de este informe, la disminución de precios en estos artículos está ayudando, ya que los convierte en más accesibles para unas familias hipersensibles al precio.

Pero cuidarse, no solo implica comprar determinados productos, sino reducir la de otros. En este sentido, entre el 50 y el 60% de los consumidores están dispuestos a reducir la compra de alimentos que tradicionalmente se consideran ligados al aumento de peso o menor componente de bienestar, como los caramelos y las bebidas carbonatadas.

Eso sí, los españoles se muestran incondicionales a algunos alimentos y no tienen pensado cambiar sus hábitos de compras. Así, t res de cada cuatro españoles seguirán comprando pan como lo han hecho siempre porque, al margen de que haga ganar kilos, se percibe como saludable en nuestra dieta.

Que un alimento tenga poco o nada de azúcar en su composición es uno de los aspectos más valorados por los consumidores y que más le influyen a la hora de hacer la compra y decantarse por una u otra referencia en el lineal. La reducción o carestía de grasas y de calorías son otros atributos que los españoles tienen presente a la hora de confeccionar su cesta de la compra. Entre el 70 y el 76% de los encuestados valoran estos aspectos. Además, dos tercios de los consumidores tienen en cuenta que los productos sean bajos en sal, según constata el informe.

Cuando esos atributos saludables implican un mayor gasto en la compra, en torno a la mitad de los españoles están dispuestos a hacer un esfuerzo económico. Todo sea por la salud. Entre el 50 y el 60% de los consumidores pagaría más por productos con poco o nada de azúcar, grasas, calorías o sal . Este esfuerzo ya está en su mente, pues la mayoría de ellos, alrededor de ocho de cada diez, perciben que estos productos son más caros. Además del sacrificio económico, los españoles están dispuestos a comer mejor aunque su sabor sea peor. La mitad de los encuestados está dispuesta a renunciar al sabor cuando hay atributos saludables de por medio.

Según el director general de Nielsen Iberia, Gustavo Núñez, “la salud es una de las categorías que más están creciendo a pesar del contexto de crisis. El aumento de la oferta de estos productos en las tiendas y el alto grado de verdadera innovación, es decir, aquella que cubre una demanda insatisfecha del consumidor, son dos de las principales palancas de crecimiento de la categoría. Además, a pesar de la hipersensibilidad al precio que los españoles han desarrollado a lo largo de la crisis, su voluntad a pagar más por estos productos hacen de ellos un nicho de mercado muy atractivo para fabricantes y distribuidores”.