El fabricante chino Hisense ha comprado a la tecnológica japonesa Sharp sus negocios vinculados a la manufactura de televisiones en América, incluida su fábrica en México, por 23,7 M$. También forman parte de esta transacción los derechos de usar la marca 'Sharp' y los canales de recursos tanto en América del Norte y del Sur (con la excepción de Brasil).

Tras meses de rumores sobre una posible venta de la planta de montaje de televisores en México, Sharp se desprende finalmente de esta factoría con capacidad para producir 3 M de dispositivos equipados con pantallas de cristal líquido (LCD), que pasa ahora a manos de uno de sus competidores internacionales. La firma china pretende incorporar a los productos de Sharp tecnologías propias como las sistemas interactivos conectados a internet o los mecanismos de emisión en diodos ultraligeros para impulsar su expansión en América, y especialmente en Estados Unidos.

Los planes de Hisense, una multinacional con sede en la ciudad china de Qingdao, pasan por incrementar su facturación procedente de Estados Unidos alrededor de 2.000 millones de dólares con el objetivo de convertirse en una de los tres mayores fabricantes mundiales de televisores LCD. Según la empresa de análisis IHS, las surcoreanas Samsung y LG dominan este mercado, seguidas por la japonesa Sony, con Hisense en cuarto lugar. Sharp ya vendió a una firma eslovaca su planta de producción de televisores en Polonia en diciembre y, al igual que la empresa basada en Osaka (Japón), otras firmas niponas planean trasladar a Japón sus fábricas en otros países por la continuada devaluación del yen.