Hacia una exportación de calidad
Otra de las vías de crecimiento viable que está explorando el sector es la apertura de nuevos mercados, con el objetivo de lograr un incremento sostenido de las exportaciones y, sobre todo, a mejores precios. Desde siempre, el mercado exterior ha fluctuado en función de la demanda interna, como válvula de escape en los periodos de sobreproducción, y según los contextos de los grandes productores mundiales, como Brasil o Polonia. Por ello, en la mayoría de los casos, se trataba de ventas a precios inferiores al mercado nacional y de mercancía congelada, de menor valor.
Ahora, la estrategia del sector, con el apoyo del Icex y trabajando con instituciones europeas y extracomunitarias, es crear nuevos mercados poniendo en el foco en los productos prémium, como las especies autóctonas, el pollo de crecimiento lento y los elaborados, todo ello avalado con un sello de calidad aún por crear. En esta línea, ya se están explorando nuevos países como Emiratos Árabes, Filipinas, Japón, China o México, entre otros, en los que empresas como Sada se han mostrado interesadas. Todo ello, sin abandonar destinos tradicionales como Sudáfrica y los países de nuestro entorno, donde han probado suerte este año compañías como Hidalgo, Alimentabarna -con una presencia significativa en Francia-, Uvesa, Nutrave o Calatayud e Hijos, entre otras.
No obstante, situaciones como el Brexit o los brotes de gripe aviar podrían condicionar estos movimientos en el corto-medio plazo. En el caso del Brexit, las compañías afectadas no han notado de momento ningún cambio, más allá del incremento del “papeleo aduanero”. Mientras, la gripe aviar ha provocado que, en algunos momentos del año, hayan llegado a España partidas de pollo -y sobre todo de pavo- a muy bajo precio, que no podían exportarse a países extracomunitarios. Sin embargo, a medio plazo, la reducción de cabañas en los países afectados podría suponer una ventaja para las exportaciones españolas.








