El consumo de bebidas espirituosas creció moderadamente en 2017, un 2% hasta alcanzar 218 Ml, impulsado por el buen comportamiento del turismo y las exportaciones, según datos de la patronal FEBE. De ese modo, el sector encadena varios años de mejoría, tras registrar un alza del 4% en 2016, aunque aún está muy lejos de alcanzar los volúmenes anteriores a la crisis.

En concreto, las exportaciones crecieron un 5%, y absorben ya el 40% de la producción nacional de bebidas espirituosas. Los principales destinos son Filipinas con 72 M€, sobre todo por el mercado de brandy; Alemania, México y Francia. En este punto, Bosco Torremocha, director ejecutivo de Febe, señaló el peligro que pueden suponer la guerra comercial y los aranceles que Donald Trump está poniendo a los productos europeos. EE.UU. importa bebidas espirituosas españolas por valor de cerca de 20 M€ anuales, fundamentalmente brandy y ginebra.

En cuanto a datos de consumo por categorías, España sigue siendo un gran consumidor de whisky, categoría que representa el 25% del mercado, seguido del segmento de licores, con el 20% y la ginebra, que ya supone el 19%. El canal de hostelería sigue siendo prioritario y absorbió el 62% de las ventas totales en 2017. Además, en estos últimos años destaca la positiva evolución del consumo diurno, que supone ya el 83% de las ocasiones de consumo.

Por otro lado, el sector generó un valor añadido bruto de 7.585 M€, el 0,17% del PIB español, y aportó a las arcas públicas 1.458 M€ en 2017, según datos de la Agencia Tributaria, un 6% más que el año anterior. El 73% correspondió a los impuestos especiales sobre el alcohol, pese a representar únicamente el 3,6% del consumo total en nuestro país con contenido alcohólico, señalan desde FEBE.