La subida de los precios de la energía, las materias primas alimentarias, los envases y el transporte constituyen una tormenta perfecta que afecta al sector de gran consumo en un doble sentido. Por un lado, disparando los costes de las empresas, principalmente las fabricantes, que ven peligrar sus márgenes. Y en paralelo, la inflación amenaza la renta disponible de las familias, en especial aquellas que han sido más castigadas por la crisis del covid. Una tormenta que ha sido protagonista de la primera jornada del Congreso de Aecoc y que ensombrece las perspectivas del sector en 2021 si bien con una doble salvedad: se entiende que se trata de una situación coyuntural, que debería normalizarse durante la primera mitad de 2022 y se descartan situaciones extremas de desabastecimiento por el encarecimiento de ciertas materias primas o de paralización de fábricas por la escalada de las tarifas energéticas.
Ignacio González, Presidente de Aecoc y CEO de Nueva Pescanova, asegura que "los precios de productos de gran consumo se están manteniendo y la intención es no subirlos más", aunque la traslación al consumidor final de este incremento de los costes dependerá en buena medida de su futura evolución. Pero de momento, las compañías han comenzado por mirar dentro de cada casa en busca de ahorros que permitan asumir esta escalada.
"La inflación es una realidad que tenemos delante y que debemos enfrentar con productividad y optimización de los procesos", asegura Javier Dueñas, CEO de Campofrío. De momento, la compañía ha emprendido una revisión de sus procesos productivos y del posicionamiento de las distintas marcas, sin descartar que la siguiente fase sea una subida del precio de algunas categorías. Además, prosigue Dueñas "hemos revisado nuestras políticas de aprovisionamiento, abandonando el just in time y buscando planes alternativos de aprovisionamiento de ciertas materias primas. Para nosotros, eliminar factores de estrés es fundamental en un momento como el actual".
Coherencia con la estrategia de la compañía
Ignacio Muñoz, CEO de Angulas Aguinaga, relega también a un tercer lugar el ajuste de los precios finales. "Cuando suben las materias primas, creo que hay que mantener la política de innovación, que en ocasiones es una de las primeras partidas en reducirse. La búsqueda de soluciones por las que los consumidores estén dispuestos a pagar es uno de los caminos para salvar tus márgenes. La segunda palanca debe ser ganar eficiencia. Y la tercera es la subida de precios, y de hecho ya hemos subido en alguna de nuestras marcas". Muñoz enmarca todas estas actuaciones en la preservación del modelo de negocio de la compañía: "lo importante es proteger la estructura financiera, que es lo que permite que la empresa se siga moviendo y que el modelo de negocio se mantenga".
En lo relativo a las materias primas, hay mucha diferencias dentro de las empresas de alimentación según el peso que su coste tenga sobre el producto final y también del control que cada compañía ejerza sobre sus principales insumos. Las empresas verticalizadas se muestran así con una ventaja competitiva frente a quienes dependen enteramente de la compra a terceros. Y la experiencia con ciertos productos es también diferencial. Judith Viader, CEO de Frit Ravich destaca que "los frutos secos ya son tradicionalmente muy volátiles y la situación nos ha pillado con el músculo muy desarrollado". No obstante, "ahora estamos estudiando el impacto. Los precios van a tener que subir, pero tiene que ser algo en lo que esté implicada toda la cadena de valor".
