El hurto es una batalla a la que se enfrentan diariamente todos los establecimientos de venta al público y que la pandemia ha agravado. Según datos de AECOC, en el ejercicio anterior las pérdidas por este concepto han representado el 0,81% de sus ventas, lo que corresponde a 1.800 M€.

La mayoría de los detallistas lo combaten a través de diferentes técnicas: desde un etiquetado en tienda, pasando por una protección en origen o hasta los medios más efectivos y disuasorios como son los accesorios antihurto; básicamente collarines para bebidas alcohólicas y cajas protectoras de policarbonato para el resto de categorías.

Los rasgos comunes a los artículos más robados son, principalmente, su alto valor unitario y/o su calidad, lo que los convierte en productos atractivos para un consumo propio o una reventa posterior. Según un estudio elaborado por STC Nedap Chromium los 10 productos con mayor índice de hurto en la distribución alimentaria en 2021 fueron las bebidas alcohólicas, los productos ibéricos y curados, los productos de afeitado, los chocolates, las cápsulas de café, las tarrinas de helados, las conservas selectas, las pilas, los productos de cuidado personal y el maquillaje.

Para cada uno de los artículos y de las categorías indicadas en esta lista, hay una solución efectiva para su protección gracias a los fabricantes de productos para el sector antihurto. Un sector que, tras acusar una fuerte caída durante 2020, en un contexto marcado por las limitaciones a la movilidad y el control de aforos, que restringió la actividad delictual de los especialistas en hurtos, en 2021 volvió a niveles pre-pandemia.

Las innovaciones de los principales especialistas antihurto se centran ahora en mejorar la experiencia cliente y en la búsqueda de soluciones para el cada vez más implantado autopago en los supermercados. La evolución de este mercado, así como sus tendencias se analizan con detalle en el último Informe 2021 del sector Antihurto.