Alimarket Gran Consumo, en su último número, publica el Informe 2022 sobre el sector de alimentación ecológica, bajó el título "La Clave y los Deberes están en el Consumo". En este estudio se analiza la actualidad de este mercado, se cuantifica, se pone en contexto nacional e internacional y se intenta ofrecer las claves de lo que puede suceder a corto y medio plazo. Además, se adjunta un listado con los principales lanzamientos con certificación bío de los últimos meses y el especial se corona con una entrevista con Diego Granado, secretario general de Ecovalia, una organización que trabaja al 200% para fomentar la expansión del sector y que se ha marcado el ambicioso objetivo de que el consumo interno supere los 10.000 M€ en 2030. "Medidas como el IVA superreducido o que el 20% de las compras públicas sean ecológicas deben estar en un necesario Plan Estratégico Nacional", afirma Diego Granado.
Alimarket: ¿Cuál es el principal reto del sector de alimentación y bebidas bío en España a día de hoy?
Diego Granado: El principal reto del sector de la alimentación y bebidas ecológicas en España es el incremento del consumo. Estamos en un 2,5% y el sector se marca como reto llegar, al menos, al 10% del consumo alimentario en 2030, con lo cual nos quedan aún 7.500 M€ más para llegar a los 10.000 M de facturación anuales. Para ello, tenemos que trabajar fomentando el consumo público y un mayor conocimiento del logotipo de la Unión Europea (Eurohoja) y es ahí donde se tienen que concentrar los esfuerzos.
A.: El MAPA, en su Informe con fecha de diciembre de 2021, establece una previsión a 2030 de consumo interno en España de unos 5.122 M€, lo que supone doblar la cifra de 2020. Ecovalia, en la presentación de su informe 2022, se marcó el objetivo de superar los 10.000 M€ en 2030. Hay mucha diferencia entre estos dos escenarios. ¿Qué opina de esto?
D.G.: El Ministerio lo que hace es una extrapolación orgánica, es decir, si no se hace nada y si no se actúa en nada, con los incrementos normales se alcanzarían esas cifras. Pero no podemos quedarnos en esos incrementos normales; el sector tiene que redoblar esfuerzos para incrementar el consumo. Y en eso también el Plan de Acción de la Comisión Europea, que tiene que implantarse y aplicarse, conlleva que los Estados Miembros tengan un Plan Estratégico -en el cual el fomento del consumo es una de las líneas claves-. Estos planes tienen que contener medidas como las que está defendiendo Ecovalia: un IVA superreducido para los alimentos ecológicos, el fomento de las compras públicas -llegar a que un 20% de las compras públicas sean ecológicas en cuarteles, hospitales y colegios...- Con todas estas medidas tendríamos que llegar a los 10.000 M. Si no hacemos nada, nos quedaremos en esos 5.122 M€. Pero hay que hacer más de lo que se está haciendo. El fomento del conocimiento del logotipo de la Unión Europea es algo en lo que tenemos que seguir trabajando para que los consumidores lo reconozcan.
A.: ¿Qué hay que hacer para incrementar el consumo en España? ¿Dónde está la clave?
D.G.: Uno de los retos de la producción ecológica es que el consumo converja con Europa. El objetivo de Ecovalia es que en 2030 nos situemos en niveles de nuestro entorno europeo. Por ello, es necesario un Plan Estratégico Nacional. Se han presentado propuestas, pero entendemos que tiene que ser global y transversal a un Gobierno y a un país y no quedarse solo circunscrito a un Ministerio de Agricultura o Medio Ambiente. Es economía, salud, empresa, es el desarrollo y potencia de un sector sumamente importante para nuestro país, que debe liderar la producción ecológica. En definitiva, España necesita un Plan Estratégico, que lo tenemos que conformar de la mano de las administraciones públicas, para que abarque todas las necesidades del sector. A pesar de que recientemente el Ministerio ha sacado una campaña de promoción de los productos ecológicos, que desde Ecovalia hemos respaldado y apoyamos, creemos que sigue siendo necesario que todas las administraciones públicas vayan en una misma dirección y se desarrollen acciones que promueven e incentiven el consumo de productos ecológicos.
A.: El escenario actual inflacionista y de pérdida de poder adquisitivo es una piedra en el camino para incrementar este consumo ¿Cómo afectará al sector?
D.G.: Obviamente, no estamos en el mejor momento económico para el fomento del consumo en ninguno de los sectores, es decir, inflación y consecuente pérdida de poder adquisitivo no son elementos que gusten tener en ningún sector. Pero sí que es verdad que el sector ecológico es más resiliente que el convencional y las fluctuaciones en los precios -los dientes de sierra- son más atenuados, son menores. Es un sector más estable, para lo bueno y para lo malo. La subida de precios de muchos de los alimentos convencionales ha llevado a reducir el diferencial de precios con respecto a los alimentos ecológicos, con lo cual muchas veces a la hora de elegir con un diferencial de precios tan pequeño las dudas pueden desaparecer y el consumidor puede optar por un alimento ecológico. Esto no quiere decir que vaya a ser positivo, pero que tampoco debe suponer un freno significativo para el sector, por la resiliencia que muestra.
A.: El mercado interno de productos de alimentación y bebidas bio creció según el MAPA y Ecovalia un 7% en 2020 y un 8,9% en 2021, hasta los 2.752 M€ ¿Cómo valoran esta evolución?
D.G.: El crecimiento en la facturación en el mercado interno, obviamente, no se puede valorar de otra forma que no sea de una forma positiva. Son cifras crecientes que demuestran que durante la pandemia la población, en un momento en el que la salud estaba puesta en tela de juicio, ha apostado por los alimentos ecológicos al identificarlos con salud y se ha incrementado su consumo. Estamos viviendo ahora unos momentos convulsos, complicados, económicamente hablando, pero no por ello tiene que suponer un freno. Todo lo más es que sigamos moviéndonos en cifras de un dígito, entre un 6 y un 8%, y vayamos evolucionando en esta línea. Lo que esperamos también es que una vez que salgamos de aquí con un impulso adecuado podamos volver a los crecimientos de dos dígitos que se registraron en años anteriores.
A.: Los datos de la consultora IRI, referentes a paso por caja en retail organizado convencional, hablan de un crecimiento en valor del 15,7% en 2020 y del 6,4% en 2021. Además, si quitamos las frutas en los datos de 2021, año en el que crecieron muchísimo, la subida respecto a 2020 sería del 2,9%. ¿A qué se debe esta ralentización?
D.G.: En cuanto a la ralentización del crecimiento en valor de 2021 con respecto a 2020, es lo que ha pasado en toda la economía. En 2020 estábamos en plena pandemia y hubo un parón, pero registramos en facturación en empresas nuestras de hasta el 35%, porque como hemos mencionado la gente identificó productos ecológicos con salud y, al estar confinados, el consumo alimentario creció. En 2021, en una teórica vuelta a la normalidad, es cuando hemos empezado a pagar las consecuencias del parón de 2020 y es cuando estamos hablando de primeras tensiones inflacionistas, de roturas de cadena de stocks… Tensiones que han afectado y que, cuando veamos los datos de 2022, habrán afectado mucho más. El consumo de alimentos ecológicos y, en general, el sector no es ajeno a esta situación económica mundial. También es normal que estas afecciones, que se está dando en todos los sectores económicos, nos afecten también a nosotros igualmente. Probablemente, de una forma más atenuada por la resiliencia del sector -por no tener una dependencia tan intensa del mercado global- pero, obviamente, se ven afectadas.
A.: ¿Cómo ve el futuro del sectora corto y medio plazo?
D.G.: Europa se ha marcado ser neutra en emisiones en 2050 y, para ello, ha puesto en marcha el Pacto Verde Europeo. Por primera vez, la Comisión Europea pone las consideraciones ambientales en el centro de la mesa estructurando la aplicación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible en todas las políticas. El Pacto Verde Europeo, a través de sus Estrategias `De la Granja a la Mesa´ y `Biodiversidad 2030´, señala la importancia de trabajar en temas como el cambio climático, la reducción de plaguicidas químicos peligrosos y del exceso de fertilizantes, la resistencia a antimicrobianos, el bienestar animal y preservar la biodiversidad. En este escenario, la producción ecológica se presenta como el único sistema reglado que produce alimentos de manera sostenible, basado en respetar los ciclos biológicos y los tiempos de producción, no utilizar sustancias químicas de síntesis y dar un valor añadido. Hablamos de un sistema agronómicamente productivo, económicamente rentable, climáticamente necesario y una respuesta para la salud.
