La industria del dulce se mantuvo en pie en 2021 pese a la adversidad del contexto en el que se movió. Así, según datos de Produlce, la Asociación Española del Dulce, las ventas de este sector crecieron un 2% en valor y un 3,2% en volumen, gracias principalmente a las exportaciones, ya que el consumo interno apenas pudo retener el crecimiento experimentado durante la pandemia. Una de las categorías que más sufrió en el terreno doméstico fueron las galletas, la segunda que más aporta al sector, con una facturación, según Produlce, de 1.381 M€, tras caer un 0,6%. El secretario general de Produlce, Rubén Moreno, analiza estas cifras y el estado actual de una categoría fuertemente impactada por la guerra de Ucrania y las tensiones que se han generado en toda la cadena de valor. Los retos que tienen por delante las galleteras y el papel que jugaran las exportaciones y la innovación en el escenario actual se analizan en esta entrevista, que avanza algunas de las cuestiones claves del Informe 2022 del sector galletero, que se publicará en el número de septiembre de Alimarket.

Alimarket: ¿Cómo valoraría la situación actual del mercado galletero en términos de consumo y las exportaciones, cambios en el tipo de producto demandado, subida de precios, etc.?

Rubén Moreno: Sin duda, ahora mismo se nos presenta un escenario incierto y con grandes tensiones, tanto en el panorama nacional como internacional, y resulta complejo vislumbrar unas perspectivas sobre este sector. No obstante, los positivos datos obtenidos por parte de esta categoría de producto nos hacen prever unos resultados de crecimiento moderado para los próximos meses, a pesar del convulso entorno en el que nos encontramos.

A.: ¿Cómo está afectando la actual inflación al mercado y la industria?

R.M.: Estos factores, en combinación con los mencionados en la cuestión anterior, contribuyen a desdibujar el escenario actual en el cual resulta complicado mostrar, ahora mismo, una visión clara del sector. Sin duda, la categoría se enfrenta a desafíos que nunca se habían vivido en las últimas décadas.

A.: ¿Existe el riesgo real de que parte de la industria no pueda soportar por mucho más tiempo este nivel de costes?

R.M.: Debemos ser especialmente cautelosos con este tipo de cuestiones, pero sí podemos indicar que las tensiones que se están produciendo tienen un irremediable impacto sobre cualquier industria. No obstante, confiamos en que poco a poco la situación tienda a normalizarse o, por lo menos, a estabilizarse y que, mientras, las empresas del sector encuentren las soluciones necesarias para poder enfocar una estrategia de medio plazo en la que poder operar con mayor certidumbre y seguridad.

A.: ¿Se ha logrado cierta estabilización en el flujo y coste de materias primas tras la incertidumbre inicial por la guerra en Ucrania?

R.M.:Tras unas semanas muy duras de intenso trabajo y un importante ejercicio de adaptación por parte de las empresas fabricantes, la incertidumbre inicial ha pasado a convertirse en moderada, aunque los efectos sobre los mercados persisten y por el momento no se vislumbran cambios en el corto plazo. Queda mucho trabajo por hacer y, sobre todo, mucho esfuerzo por parte de todos los actores implicados, Administración incluida, para contribuir a la ansiada estabilización.

A.: Una de las palancas de crecimiento del sector galletero en los últimos años ha sido la exportación, que absorbe el 50% de la producción. ¿De qué forma se están viendo afectadas por el contexto geopolítico e inflacionario mundial?

R.M.: Los datos de 2021 nos muestran un importante crecimiento, en el entorno del 15%, en las exportaciones de la categoría de galletas, con unas ventas de 443,2 millones de euros, y con 27,9% de ventas exteriores del sector. Sin disponer todavía de información correspondiente al presente ejercicio, confiamos en que estas exportaciones continúen por la senda del crecimiento, a pesar de las dificultades.

A.: Igualmente, en el contexto actual, la innovación, otro de los pilares de la industria, también está sufriendo contratiempos. E incluso algunas compañías han apostado por paralizar lanzamientos. ¿Se podrá mantener el nivel de innovación tradicional del mercado o estamos ante un escenario de apuesta por referencias más básicas y de mayor rotación?

R.M.: Evidentemente, la inflación supone una amenaza más que se suma a las ya comentadas, pero ello no ha supuesto una barrera para que las empresas sigan innovando, más bien lo contrario. Ahora más que nunca se sigue trabajando en la innovación que, sin duda, caracteriza a este sector como motor de cambio y trabajo a futuro. Si bien cada vez es más complicado y el esfuerzo requerido es mucho mayor, no podría ser de otra manera. Estoy convencido de que la innovación seguirá siendo uno de los pilares fundamentales de la industria galletera, es imprescindible. Forma parte de nuestro ADN y, como venimos haciendo durante estos últimos años, trabajamos por liderar este punto. La innovación tiene una relevancia muy destacada dentro de esta categoría. El hecho de que ahora nos enfrentemos a nuevos desafíos no implica la desaparición de los desafíos en los que ya veníamos trabajando. En este sentido, la reformulación y la ampliación de gama han ido ganando terreno junto al rediseño, muy vinculado en este caso a avances en términos de sostenibilidad de producto y packaging.

A.: ¿Cuáles son los retos más importantes que tiene por delante la industria galletera?

R.M.: Los retos a los que nos enfrentamos son los que están marcando este 2022, un año condicionado por varios factores (tensiones en las materias primas, incertidumbres ante la situación en Ucrania, transporte, etc.), que nos obligan a adaptarnos a cambios bruscos y, en ocasiones, a gran velocidad. Sin duda, en estos momentos lo urgente es lo importante, si bien es cierto que hay otras cuestiones como atender a los requerimientos del consumidor en materia de salud o la sostenibilidad que se mantienen como una constante en el día a día de nuestras compañías.

A.: ¿Qué previsiones se manejan para el cierre del ejercicio en este mercado?

R.M.:Todavía no disponemos de datos que soporten unas previsiones sólidas, pero como he mencionado al inicio, los positivos datos obtenidos en 2021 nos hacen prever unos resultados de crecimiento moderado para los próximos meses. Confiamos en que un producto tan presente en los hogares españoles como las galletas siga manteniendo esta presencia, aunque es posible que observemos ciertas variaciones en cuanto a las gamas de producto más vendidas, vinculadas con cambios de hábitos y/o de situación económica en los hogares.