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El quiero y no puedo de la rehabilitación en España

El quiero y no puedo de la rehabilitación en España

El Gobierno ha anunciado el diseño de un Plan de Rehabilitación distinto del Plan de Vivienda habitual del que se nutrían las ayudas europeas. Por fin, después de años en los que los agentes implicados hemos aportado soluciones e ideas que se han plasmado, con mayor o menor éxito, en estrategias sobre el papel, la rehabilitación echa a andar en una situación de incertidumbre económica causada por la crisis del Covid-19.

“Para frenar la sangría que sobre los diversos sectores tendrán los efectos de la pandemia, las distintas administraciones han apostado por vincular la rehabilitación del parque inmobiliario a la recuperación económica. El Ejecutivo central está trabajando en dotar a ese Plan de Rehabilitación de unas líneas estratégicas capaces de movilizar millones de inversión a través de la colaboración público-privada.”

Ha llegado el momento de que nuestro país sea referente en la rehabilitación y recuperación de un parque inmobiliario antiguo y energéticamente ineficaz, como se ha puesto de manifiesto tras el confinamiento derivado de la crisis. Estamos cansados de oír que el 92% de las viviendas que conforman este parque son coladores de energía por haber sido construidas con anterioridad a la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE). Pero ahora, con una actualización de esta norma, ya no tenemos excusas.

En este escenario, el reto más urgente al que nos enfrentamos es frenar el cambio climático a través de la reducción de las emisiones de gases nocivos que causa la construcción (concretamente el 40%). Según la hoja de ruta marcada por Europa en 2050, las emisiones se deben reducir un 80%. Y, nuevamente, la construcción de obra nueva y, particularmente, la rehabilitación, tendrán un papel clave para conseguir que los edificios de viviendas puedan combatir el sobrecalentamiento causado por las altas temperaturas.

Con el nuevo CTE, el objetivo del Gobierno es que los edificios nuevos o que sufran una extensa rehabilitación sean altamente eficientes o, lo que es lo mismo, que consigan, apoyados por la energía procedente de fuentes renovables, una reducción de aproximadamente un 40% de media en el consumo de energía primaria.

Pero para llegar a unos mínimos de eficiencia energética, antes es necesario dotar a estos edificios de equipos energéticos que reduzcan la demanda de energía, así como mejorar el rendimiento de sus envolventes térmicas.

Es aquí donde los fabricantes de sistemas de impermeabilización cumplirán un papel esencial, ya que se han anticipado, con soluciones innovadoras, al nuevo escenario normativo y económico. Existe ya un mercado con productos (como el sistema cool roof) capaz de reducir el impacto ambiental de los edificios, procurando un ahorro energético y económico, pero también incrementado el confort, el bienestar y la salud de sus ocupantes. Solo hay que poner los medios necesarios, a través de las ayudas públicas y privadas, y motivar el cambio por medio de los prescriptores.

No dejemos pasar la oportunidad que surge en todas las crisis para reactivar el subsector económico de la rehabilitación, que tradicionalmente ha ido a la zaga de la construcción de obra nueva. Como fabricantes de sistemas de impermeabilización de última generación, debemos ayudar a la descarbonización de los edificios y comenzar a construir, de una vez por todas, la casa por la cubierta.

Gonzalo Causin, CEO de Sika presidente de la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización (AIFIm)



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