En 2021 se cerraron 565.523 operaciones de compraventa de inmuebles, un 34,6% más que en 2020. Se trata de la mejor cifra desde 2007. Las cifras son positivas para el sector. Con este repunte anual, la compraventa de viviendas pone fin a dos años de descensos tras el desplome del 17% que sufrió en 2020 por la pandemia y la caída del 0,7% de 2019. Sin embargo, este año todavía queda recorrido de mejora y será el año en el que se podrá hablar de recuperación.

2021 ha sido mejor de lo esperado tras el parón de la pandemia, pero aún creo que debemos llegar al punto en el que deberíamos estar si todo esto no hubiera sucedido. A eso se sumará la experiencia obtenida de 1 año más en pandemia, el mercado se tranquiliza y creo que ayudará a aumentar la inversión del exterior.

Según datos publicados por Fotocasa, el precio acumulativo de la vivienda en venta ha subido en España un 16% en 5 años (respecto a 2016) y un 1,7% en un año (respecto a 2020). Para este año, según asegura los expertos de Revel, se espera que suban en torno al 3-4%, todavía hay margen de subida a recuperar después de la pandemia. Solo puede verse afectado en mayor o menor medida por motivos de inseguridad política y en este momento si se alargan los problemas con Rusia pueden afectar negativamente. Aun así, la previsión es que el mercado siga subiendo.

El pasado año, debido a la incertidumbre, las inversiones se animaron solo levemente. Sobre todo, se ha dado un inversor local, debido al ahorro acumulado tras la pandemia. Sin embargo, en este año sin duda el capital inversor extranjero aumentará. Tenemos un mercado inmobiliario muy atractivo para invertir con buenas rentabilidades en comparación con el resto del mercado europeo. Eso sí, el inversor puede verse frenado por cambios de leyes que afecten a dicha rentabilidad o den inseguridad a sus inversiones.

Los retos del sector se encontrarán en esos cambios repentinos que provocan leyes como la del alquiler, o en las plusvalías y demás que afecten a la seguridad de la inversión. Todo esto puede hacer dudar al inversor de una estabilidad duradera de sus inversiones. Y quizás otro punto a tener en cuenta es la inflación que estamos sufriendo, que no haga subir los tipos de interés al Banco Central Europeo.