Actualmente, a punto de cerrar el año 2022 y con la crisis sanitaria de la Covid-19 llegando a su fin, entramos en una fase económica que se prevé complicada, aunque algunos sectores y mercados dan muestras de recuperación. El sector inmobiliario, cuyas cifras de inversión han supuesto un récord este año, es uno de los que más rápido está creciendo.

En caso de una potencial recesión, los inversores suelen confiar en los llamados “sectores refugio”, como es el caso del mercado inmobiliario. Según un estudio realizado por BNP Paribas Real Estate, tan sólo en el primer semestre de 2022 se movieron 4.580 M€ en transacciones dentro del mercado inmobiliario español, números que han hecho historia. Otras investigaciones paralelas de Atlas Real Estate Analytics estipulan que la cantidad de compraventas de viviendas en España será de 665.754, 15.000 transacciones más que en 2021. Este crecimiento anual demuestra la tendencia alcista del mercado inmobiliario desde el fin del confinamiento. Datos avalados por el INE según los cuales el 2021 se cerró con un 34,6% más de compraventas de inmuebles que en el 2020.

Como conocedores del sector inmobiliario, los datos nos hacen creer que este crecimiento se verá frenado para 2023, en parte debido a los picos tan altos que se han alcanzado en estos dos últimos ejercicios. En el peor de los casos, la compraventa de viviendas podría bajar hasta un 15%, según el mismo estudio de Atlas Real Estate Analytic. Sin embargo, estos resultados eran previsibles y situarían el volumen de transacciones por encima de los tres ejercicios anteriores a la pandemia. Prevemos que se acerca una normalización del número de operaciones y una estabilidad en el mercado inmobiliario, ubicado hoy en niveles extraordinarios.

En cuanto a la venta en 2022, su preció aumentó en un 6% según una previsión de CaixaBank, que obtuvo sus datos de la tasación de viviendas proporcionados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. En los casos de vivienda nueva los precios se elevaron hasta un 9,6% como consecuencia del incremento en el coste de construcción, que según datos de la Confederación Nacional de la Construcción, se han elevado un 7,7%. Sin embargo, la estabilidad de la mayoría de los mercados y la aparición de nuevas fuentes de suministro nos llevan a creer que estos precios se estabilizarán y la construcción de nuevas viviendas volverá a niveles normales.

Uno de los retos más importantes para el futuro en el mercado inmobiliario es conseguir que la vivienda sea más accesible para todos. Romper con las desigualdades sociales que existen entre quienes tienen una casa en propiedad y los arrendatarios. Un estudio de Fedea dice que los propietarios de viviendas tienen hasta un 45% más ingresos anuales que aquellos que viven de alquiler. Esto sumado a la subida del Euribor hasta el 2,6%, según el BDE, en el mes de octubre, ha provocado un encarecimiento de la hipoteca media de 208 € al mes. Por eso es importante ofrecer ayudas, que eviten que el acceso a la vivienda se convierta en un bien solo al alcance de unos pocos.

El mercado inmobiliario español se enfrenta a muchos retos y necesita más soporte para mantener los buenos datos obtenidos en los dos últimos años. Los fondos europeos sólo supondrán el 25% de la financiación. Esto provoca que se tengan que buscar otras alternativas, lo que supone una mayor exigencia en los requisitos de los bancos. Los requisitos administrativos también son un gran reto para este mercado, ya que muchas veces suponen un gran inconveniente a la hora de poner en marcha un proyecto.

A nivel estatal ya se está avanzando en este tipo de ayudas con la nueva Ley de Vivienda y una modificación de impuestos que tiene como objetivo la rehabilitación del parque edificado de España y el aumento del número de alquileres de viviendas energéticamente sostenibles con medidas como: el control de precios en los alquileres, incentivos fiscales para pequeños propietarios, la subida del IBI en viviendas vacías y una nueva plusvalía municipal.

La sociedad está cada vez más concienciada con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, por eso los clientes son más exigentes en el momento de comprar una propiedad. Muchas de las viviendas que se ofertan son obsoletas en cuanto a eficiencia energética se refiere, lo que supone un gran inconveniente. Provoca un gasto de energía que supone el 25% del total, algo que repercute tanto a nivel medioambiental como económico para las familias.

Deberíamos buscar nuevas soluciones que mejoren la demanda energética de los edificios, ya sean para viviendas u otros usos. Una de las medidas clave para ahorrar energía en las calefacciones es instalar calderas de condensación o bombas de calor aerotérmicas, que además de ser más eficientes emiten menos emisiones directas de CO2 a la atmósfera.  

La integración de energías renovables, como la energía solar térmica, la geotérmica o la aerotermia en las instalaciones eléctricas y de gas dentro de los edificios puede suponer un ahorro de hasta un 75% en la factura de la luz y el gas en un hogar medio. Por eso creemos que para acabar con esta crisis energética y económica es fundamental iniciar procesos de rehabilitación energética en los edificios que se encuentren obsoletos.

Enrique Lahuerta Tornos, director de expansión de negocio de Alza Obras y Servicios