A estas alturas de la pandemia, ya sabemos que la irrupción del Covid-19 en nuestras vidas ha acelerado algunas tendencias que se iban produciendo. Así, en la categoría de derivados de tisú hemos visto cómo en 2020 el papel de cocina desbancó del primer puesto al papel higiénico, pese a que la imagen que quedó en nuestras retinas fue la de las compras irracionales de papel higiénico en las primeras semanas del primer Estado de Alarma. El mayor interés por la cocina durante la pandemia, así como su creciente uso para la limpieza del hogar, debido a la alta preocupación por la higiene y la seguridad, impulsaron el crecimiento del segmento de papel de cocina.

Precisamente este cambio de tendencia también se refleja en el tipo de producto comercializado, ya que el consumidor se inclina por productos jumbo, con más metros de papel, con mayor absorción y calidad. De ahí que algunas marcas de fabricante registraran crecimientos cercanos al 30%, según datos de la consultora Iri. También la marca de distribución, que copa más de un 80% de las ventas, mejoró sus datos, aunque muy por debajo de las cifras indicadas.

Por tipo de producto, el papel doméstico blanco, que representa el 80% del total, creció un 19% respecto al periodo anterior, mientras que el papel decorado lo hizo al 10%. No obstante, también hay que señalar que en esta categoría existe una creciente tendencia de oferta de producto reciclado y que se presenta con un packaging reciclable, un aspecto clave en un año en el que el precio de las materias primas, como la celulosa, está disparado. Y es es que en el contexto actual, el sector de derivados de tisú ha puesto el foco en la sostenibilidad.

Si quiere conocer más detalles sobre la evolución del resto de categorías de derivados de tisú, como son el papel higiénico, pañuelos o servilletas, puede consultar el Informe 2021 sobre Derivados de Tisú, publicado a comienzos de verano.