Sin lugar a duda 2015 fue un mal año para la obra pública. La inestabilidad política, los interminables escándalos de corrupción que salieron a la luz ligados al despilfarro y a los sobrecostes en infraestructuras y el ajuste presupuestario de las distintas administraciones para no superar el techo de gasto, han provocado que los contratos de obra pública se hayan reducido tras dos años de crecimiento. Así, en 2015, la licitación de obra pública alcanzó los 10.236 M€, una cifra que representa un 21,3% menos que los más de 13.000 M€ sacados a concurso un año antes, según datos de la patronal de grandes constructoras Seopan -ver pdf adjunto en la parte inferior-. Aunque las diferentes administraciones locales encabezaron esta caída, con un 34,8% menos (2.636 M€), el descenso más importante se produjo en la administración central, que licita casi la mitad de los contratos, con 4.964 M€ en 2015, un 20,1% inferior que en 2014. Sólo el Ministerio de Fomento redujo sus contratos un 26,1% (3.544 M€). La tercera pata de la obra pública española, las Comunidades Autónomas, recortaron sus contratos un 4,1% el pasado año (2.637 M€).

Por tipo de contrato, la obra civil, que representa el 70% de la licitación, se redujo un 26,1% en 2015 hasta alcanzar los 7.178 M€. Los casi 3.000 M€ que se sacaron a concurso de menos hay que buscarlos en el recorte del gasto en infraestructuras ferroviarias (-58,3%), en trabajos de urbanización (-30,7%), y en obras hidráulicas (-19,7%). Sólo crecieron los contratos de carreteras (+2,3%), principalmente de conservación y mantenimiento. En cuanto a la edificación, ésta se redujo un 7% en 2015 hasta los 3.058 M€. La vivienda pública se redujo un 35,2%, los equipamientos sociales un 22,3% y los industriales un 44,6%. Los contratos en equipamientos administrativos aumentaron un 65,8% y los de terminales lo hicieron un 41,1%.