Las conserveras han dado la bienvenida a 2015, un ejercicio que todavía plantea muchos interrogantes pese a que los principales datos económicos invitan al optimismo. Sin lugar a dudas, la noticia más positiva para el sector ha sido la devaluación del euro gracias a las medidas de estímulo adoptadas recientemente por el BCE. Con la moneda europea acercándose a la paridad y el barril de petróleo en mínimos históricos se abre un escenario mucho más esperanzador, principalmente en los mercados más alejados de la Unión Europea (Estados Unidos, Canadá, México, Oriente Medio, África y países asiáticos), donde existe además un creciente interés por los productos españoles.
No obstante, todavía concurren factores que podrían impedir un fuerte despegue de las exportaciones, algunos de ellos de carácter geopolítico. Al estancamiento del mercado europeo, principal receptor de las conservas españolas, habrá que sumar la ralentización del crecimiento de algunos emergentes (la bajada de los ingresos por petróleo de algunos países afectará al crecimiento de las economías de la zona) y el veto ruso a los productos de la UE. Sea como fuere, lo cierto es que ahora, entre l ajustes realizados y la debilidad del euro, las compañías con planta en España han ganado cerca de un 15% en términos de competitividad, lo que les permitirá presumiblemente conquistar nuevos clientes en el exterior.
La ligera recuperación del consumo interno todavía no ha llegado al sector, que sigue trabajando a marchas forzadas para no ceder más posiciones. Según IRI, en el año 2014 -TAM finalizado en noviembre- el consumo de vegetales en la distribución organizada cayó un 4% en volumen, un retroceso algo menor al registrado en 2013 (-4,5%). Aunque los porcentajes de bajada son similares, detrás del dato se esconde un cambio en las pautas de consumo que hacen pensar al menos en una tímida recuperación del poder adquisitivo. Si en 2013 el espárrago y la alcachofa vivieron un año terrible, con bajadas del 11,5% y del 9,1% respectivamente, en el último ejercicio auditado el primero ralentiza el ritmo de caída (-5,8%, aun registrando una nueva subida de precio, que esta vez fue del +7,1%) y la segunda vuelve a los números positivos (2,7%) aupada por una rebaja del PVP del 2,1% (hasta los 3,73 €/kg).
Por otro lado, el consumidor está cambiando sus pautas de consumo a medida que baja el nivel de desempleo y se recupera ligeramente el poder adquisitivo. Aunque no se pueden extraer conclusiones definitivas debido a la complejidad del análisis, lo cierto es que 2014 aparece como el año en el que aparecen de forma nítida síntomas de agotamiento de las referencias con MDD. Por primera vez desde que estallara la crisis, todas las partidas analizadas por la consultora con marca del distribuidor arrojan caídas en volumen, que oscilan entre el 2% y el 8%.