La demanda interna de conservas vegetales muestra los primeros síntomas de estabilización desde que estallara la crisis. Según los datos aportados por las principales consultoras, el consumo, si bien aún no está dando demasiadas alegrías, ha ralentizado su ritmo de caída en la distribución organizada. Las mejores noticias para el sector siguen procediendo del exterior, donde las empresas están conquistando nuevos clientes gracias a la debilidad del euro y a los ajustes realizados en los últimos años para ganar competitividad. En el terreno empresarial, el sector ha vivido un año marcado por relevantes adquisiciones. IAN firmó la compra de Taboada Grupo Alimentario, La Caixa tomó el control en Grupo Riberebro y Compre y Compare se hizo con ‘Martínez’.
Por lo que respecta al consumo, como queda reflejado en el informe de IRI, continúa siendo muy complicado obtener resultados positivos en el mercado nacional. No obstante, existe una parte importante de la población que ya está notando en sus bolsillos la recuperación económica. Prueba de ello son los buenos resultados obtenidos por las principales marcas de fabricante en el último TAM, en algunos casos en detrimento de la MDD y de las conservas de primer precio. Si se atiende a la serie histórica, podría decirse que los productos con MDD, por los que han apostado gran parte de los gestores de categoría de las cadenas, habrían tocado techo en 2013. A partir de ese ejercicio, las ventas de varias categorías han estado registrando moderados retrocesos, síntoma del escaso margen de recorrido que tienen en un escenario de crecimiento y de incremento de la confianza del consumidor.
Ante las incertidumbres que todavía rodean al mercado nacional, todos los operadores están haciendo notables esfuerzos para impulsar sus exportaciones, que se han convertido en la palanca de crecimiento del sector en el último ejercicio. Por otro lado, un dólar fuerte está afectando a los importadores de conservas (espárrago, alcachofa y pimiento del piquillo), que continúan un año más incrementando la eficiencia en todos los eslabones de la cadena de valor para que el producto llegue a los lineales a un precio competitivo.
Máxima eficiencia en la compra de los aprovisionamientos, renovación de las plantaciones, una gestión del stock adecuada para amortiguar el golpe de una posible mala campaña y mejoras en los sistemas de almacenamiento y de distribución de la mercancía son las armas empleadas por los principales distribuidores para que el impacto en la cuenta de resultados sea el menor posible. De hecho, buena parte de las actuaciones realizadas en el último ejercicio van encaminadas en esa dirección, ya sea mediante la puesta en marcha de nuevas plataformas o a través de la optimización de rutas.