Durante los últimos dos años, hemos notado un aumento muy importante de trabajo y alquiler de máquinas en el sector de la rehabilitación. Desde el punto de vista de la eficiencia energética, podemos decir que ha sido el elemento clave que está motivando muchos de los cambios. Hemos observado esto especialmente en las grandes ciudades, por ejemplo, con las modificaciones de las antiguas calderas de carbón o gasoil hacia medios de combustión más eficientes, bien sea el gas o incluso las energías renovables. Esto supone la liberación de gran cantidad de espacios, optando por sistemas más integrados con el entorno: suelos térmicos, aerotermia… al mismo tiempo el uso de materiales más ecológicos o con menos impacto a la hora de reciclar y el uso de elementos aislantes ha ocasionado una revolución en el tipo de materiales empleados.
Esta transformación no sólo viene dada desde el ámbito particular; también afecta a la rehabilitación de oficinas, naves industriales y hoteles, entre otros. Cada vez existe más conciencia sobre la eficiencia energética, que tiene un impacto directo en los costes de las empresas y en las medidas de reducción de nuestro impacto en el medio ambiente.
Si hablamos de perspectivas del sector de la rehabilitación y la eficiencia energética en 2022, más que del año del despegue, desde luego sí será el inicio de una nueva andadura. La actividad está en un momento boyante y no dejará de crecer en los próximos años. Vemos cómo muchas empresas de reformas se van afianzando y nacen nuevas iniciativas empresariales que están favoreciendo la profesionalización del sector. El concepto de ‘chapuzas’ ha pasado a mejor vida y ahora se exige más que nunca calidad y seriedad. Posiblemente se está polarizando el sector: por un lado, se están asentando profesionales cada vez más organizados y especializados, y por otro, centros de bricolaje o empresas de alquiler de maquinaria que se están acercando más al consumidor final: el famoso Do It Yourself (DIY), comienza a estar más integrado en nuestras vidas.
Con respecto a las perspectivas en el área de eficiencia energética, la sociedad en general ya tiene una mayor conciencia ecológica: todos estamos inmersos en trabajar para disminuir nuestro impacto en el clima. Cada vez más empresas se conciencian en calcular, compensar y, en última instancia, reducir su huella de carbono.
En relación con las propias herramientas y medios con las que se realizan los trabajos, también están naciendo iniciativas que ayudan a la economía circular. Empieza a no tener sentido la propiedad de todos los equipos que usamos; en este sentido, el alquiler o pago por uso cobra cada vez más fuerza en la sociedad en casi cualquier ámbito. Además, alquilar maquinaria en el sector de la construcción tiene un efecto positivo sobre el medio ambiente, según la ERA (European Rental Association). Compartir equipos y optimizar su uso puede reducir las emisiones de carbono hasta un 50% durante el ciclo de vida de la maquinaria alquilada y reduce el impacto climático global del sector de la construcción. La Unión Europea subraya que las políticas públicas de fomento de la renovación eficiente energéticamente dan respuesta a la pobreza energética, contribuyen a la salud y bienestar de las personas y ayudan a reducir su factura energética.
Por último, desde nuestra Administración Pública también se está llevando a cabo una movilización de recursos, desarrollando planes, como el de Rehabilitación y Regeneración Urbana, que aportan ayudas para mejorar la sostenibilidad de edificaciones. Se está poniendo especial foco en medidas orientadas a alcanzar la eficiencia energética en viviendas y edificios, específicamente para reformas encaminadas a un menor consumo, un mejor aislamiento y un uso de las energías renovables; medidas muy necesarias para impulsar definitivamente un cambio social, ambiental y económico en el sector.