Nuevo MediaMarkt en el c.c. 'Islazul'.
El grupo Ceconomy, AG, principal accionista de MediaMarkt, se ha visto obligado a comunicar de forma adelantada (la presentación de resultados está prevista para el 25 de octubre) que sus beneficios para el conjunto del ejercicio 2017-2018 serán notablemente inferiores a los previstos en un primer momento (y anunciados el pasado 18 de septiembre). La desviación entre las previsiones y los resultados finales obtenidos se atribuiría a unas ganancias operativas significativamente más bajas que las esperadas en MediaMarktSaturn Retail Group en el tramo final del ejercicio fiscal 2017/2018.
Tras dichos ajustes, Ceconomy, AG termina 2017/2018 con un Ebitda (resultados después de intereses, tasas, depreciación y amortizaciones) de alrededor de 630 M€ (714 M el año anterior antes de de partidas especiales) y un Ebit de alrededor de 400 M (494 M el año pasado), ambas cifras sin tener en cuenta las contribuciones de la inversión del grupo en Fnac Darty, S.A. Los datos, como decíamos antes, se alejan a la baja de las anunciadas hace casi un mes, cuando se pensaba terminar el año con un Ebitda entre 680 M€ y 710 M€, mientras que el EBIT se planteaba en una horquilla de 460 M y 490 M.
En cuanto a la facturación, la compañía estima que se habrá terminado el año fiscal con un crecimiento del 0,2%, teniendo en cuenta los habituales ajustes propios de los cambios de moneda y cambios de cartera.
La noticia habría caído como un jarro de agua fría entre los inversores provocando que las acciones de la empresa el pasado lunes cayesen un 20%. Según han recogido varios medios alemanes, Pietar Haas, Ceo de Ceconomy, en declaraciones a analistas financieros, habría reconocido que se habían subestimado los desafios de la empresa aunque también se ha mostrado positivo respecto al éxito futuro de la empresa solo que se necesitará más tiempo para conseguir dichos objetivos.
Para algunos analistas la explicación de este segundo profit warning sería sencilla. En primer lugar, el pasado verano, caluroso en toda Europa, no habría animado a las compras de electrónica de consumo, como por ejemplo televisores (a pesar de celebrarse el Mundial de Futbol). En consecuencia, como señala un artículo de Bloomberg, los descuentos y rappeles de proveedores, una práctica común entre los minoristas para alcanzar sus márgenes no se habrían materializado al no vender lo suficiente.