El Hospital de Eibar contará a mediados de 2020 con dos nuevas unidades residenciales sociosanitarias, tras el acuerdo alcanzado por el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) y el departamento de Políticas Sociales de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Ambas se ubicarán en la tercera planta del centro hospitalario, que está operativo desde octubre de 2018.
El acuerdo implica la concesión del espacio de Osakidetza a la propia Diputación, quien se encargará ahora de la elaboración de los pliegos para sacar a licitación, a finales de año, un contrato para la gestión de sendas unidades. La idea es que cada una de ellas cuente con 24 plazas, por lo que en total se habilitarían 48.
En la actualidad, la Diputación Foral de Guipúzcoa cuenta con un total de 100 plazas sociosanitarias, 73 en el hospital de Cruz Roja de la calle Matia en San Sebastián y 27 en la residencia Argixao en Zumarraga. “Con la apertura de las unidades en Eibar, además de un incremento de plazas, se mejora el equilibrio territorial, extendiendo el servicio sociosanitario en las comarcas de Alto Deba y Bajo Deba”, ha destacado Elder Mendoza, portavoz de la Diputación.
En ambas unidades, se dará respuesta a los procesos de convalecencia que no puedan ser atendidos en el domicilio, ni en los centros de servicios sociales, y que tampoco puedan ser atendidos en unidades de hospitalización, pero que sin embargo precisan de un ingreso para su correcta atención. La tercera planta del hospital dispone de una superficie de 3.000 m2 y ahora se habilitará para este fin con una inversión prevista de 3,1 M€ a través de Osakidetza.
Las Unidades Residenciales Sociosanitarias son equipamientos específicos donde se atiende de forma temporal y transitoria a personas que presentan, durante tiempo limitado, necesidades de atención simultáneas sanitarias y sociales, siempre con el objetivo de garantizar la continuidad de cuidados. Está dotado de recursos materiales y humanos (personal médico, de enfermería y de cuidados), y se trata de un equipamiento superior al de un centro gerontológico y abierto, donde las personas con necesidades tanto sociales como sanitarias viven y conviven con otras y comparten actividades. Su organización y estilo de vida es parecido al de un centro gerontológico.