Los alimentos considerados premium están viviendo una nueva etapa de crecimientos que han venido acompañados de una proliferación de lanzamientos. Según ha detectado Alimarket, el número de nuevas referencias dentro de este segmento se ha impulsado un 30% en 2016-2017, frente a los dos años anteriores. Dentro del Informe de Alimentación Premium publicado recientemente se hace un análisis pormenorizado de las principales tendencias que han potenciado este mercado. Destacamos cinco de ellas:
1. Apuesta por un carácter más natural
Las empresas están primando el carácter natural y artesanal en su producción, aunque manteniendo el aura de sofisticación que tenían anteriormente. Se trata de una evolución en la definición del producto premium, en la que se han añadido otros valores que incluyen una etiqueta más limpia.
2. Refuerzo de la autoestima
El consumidor lleva varios años haciendo sacrificios a nivel económico, de manera que con estos pequeños placeres del día a día se consigue un refuerzo de la autoestima. Este tipo de "homenajes" se incrementaron especialmente en la época de la crisis económica, pero ahora se han mantenido e incluso extendido con la recuperación.
3. Eclosión de la generación foodie
Durante los últimos años ha rejuvenecido el perfil de compra de los productos premium. Antes se dirigían a varones de entre 45 y 60 años, mientras que en los últimos años ha aparecido una nueva generación que vive de forma diferente la gastronomía y comparte por redes sociales los productos que consume.
4. Diversificación de productos
Existe una serie de productos que se han incorporado de forma reciente al segmento de alimentación premium. Antes este catálogo se componía de categorías más exclusivas, como aceite, chocolate o jamón ibérico. Ahora, en cambio, hay novedades en segmentos como los de golosinas, infusiones o las hamburguesas, ancladas estas últimas hasta hace bien poco a la minusvalorada imagen de fast food y alrededor de la cual han surgido variadas propuestas gourmet.
5. Creación de marcas específicas
Las empresas han empezado a crear enseñas específicas con las que potenciar sus productos de mayor valor añadido, con el objetivo de diferenciarlo del resto de sus cabeceras. Esto ha ocurrido especialmente en ámbitos donde los productos premium no tienen una tradición tan arraigada, como sería en el sector hortofrutícola.