La semana pasada se celebró la primera reunión del Observatorio Europeo del Mercado de Cítricos, integrado en el Observatorio Europeo del Mercado de Frutas y Hortalizas y puesto en marcha por la Comisión Europea a finales del pasado mes de octubre. El objetivo del proyecto es poner al alcance de productores, mayoristas, retailers e instituciones una herramienta que analice exhaustivamente la situación real del mercado y ofrezca indicadores a estos profesionales para la toma ágil de decisiones y la previsión de futuras crisis.
La organización está formada por representantes tanto de la esfera pública como de la privada. Esta última, a su vez, se compone por el sector citrícola y el comercio minorista. En este caso, España e Italia -principales países productores de la Unión Europea por cuantía comercializada- encabezan la parte productiva y se encargarán de facilitar los datos de volumen de cada campaña, así como de las importaciones y stocks procedentes de terceros. Mientras que Eurocommerce, en representación del comercio europeo, informará acerca de la evolución y el comportamiento de los precios y la competencia en los lineales.
En el primer encuentro mantenido en Bruselas (Bélgica) entre el citado grupo de trabajo oficial, la Comisión Europea solicitó al director de la interprofesional española Ailimpo, José Antonio García -como promotor de la recién creada Organización Mundial de Cítricos (WCO)-, que explicara el rol, la estructura y la finalidad de esta plataforma a nivel internacional. De hecho, según apunta García, el comisario de Agricultura Phil Hogan manifestó inclinación por la iniciativa y la calificó de “positiva” para el interés general.
El Observatorio Europeo del Mercado de Cítricos se alinea al Observatorio Europeo del Mercado de Frutas y Hortalizas, cuya meta es aportar transparencia y tendencias de consumo. Sin embargo, este organismo no abarca la totalidad de productos, sino que se centra en los más trascendentes en cuanto a valor y volumen como tomate, fruta de hueso (melocotón, nectarina y albaricoque) y de pepita (manzana y pera), y cítricos. Antes, la Comisión Europea hizo lo propio con los cereales, el azúcar, la carne y la leche.