Bodega Laventolera ha lanzado al mercado sus primeros vinos acogidos a la mención Vino de la Tierra de Zamora, bajo la marca ‘amyaire’.
Se trata de un proyecto familiar, encabezado por la Ingeniera de Minas Mercedes Martín y que se desarrolla a partir de viñedos propios (0,8 hectáreas), en la provincia de Zamora. El alma del proyecto es la recuperación de una variedad autóctona y ancestral, casi desaparecida. Como explica Mercedes Martín, "la malvasía castellana fue arrancada masivamente y, durante muchos años, no había bodegas que hicieran vino de esta joya perdida. Se perdieron derechos en favor de otras zonas y variedades en España. La despoblación hizo el resto. Mi familia no arrancó, no vendió derechos y ahora me llega el viñedo en perfecto estado de producción".
Así, el vino blanco 'amyaire' se nutre precisamente de esta variedad, incorporando un 80% de malvasía castellana, junto a un pequeño porcentaje de verdejo (18%) y palomino (2%). Con un 13% de contenido alcohólico, tras un proceso pre-fermentativo con maceración pedicular, realiza la fermentación alcohólica sobre sus lías y culmina con 4 meses en barricas de 225 l de roble francés.
El tinto 'amyaire', por su parte, es un coupage de tempranillo (85%) y garnacha (15%) con 14% de alcohol. La fermentación alcohólica se produce con las levaduras autóctonas, temperatura controlada y remontados suaves con técnica de bâtonnage, seguida de una maduración post-fermentativa y maloláctica espontánea y redondeado con crianza en barrica de roble francés de segundo año, durante seis meses.
La Bodega Laventolera está situada en Mayalde y el envejecimiento de los vinos se lleva a cabo en unas instalaciones cercanas, Bodegas Almaroja, ubicada en Fermoselle. Comercializará sus vinos, fundamentalmente durante 2026, a través de venta directa, restaurantes gastronómicos, pequeños distribuidores y tiendas especializadas, con un pvp previsto de 13-14 €/botella.
Mercedes Martín también estudia la posibilidad de abrirse al enoturismo: "No es una zona que puede presumir por haber sido turística, pero nos encantaría que en el paso desde la Ruta de la Plata a Fermoselle, pararan en nuestro viñedo, enseñar cepas viejas en vaso, el cuidado, degustación y completar con una visita a la bodega donde el vino se hace y se cría en Fermoselle".