La paralización de todas las actividades no esenciales decretada por el Gobierno para esta quincena ha hecho afrontar a la industria azulejera numerosas problemas operativos. De hecho, hoy lunes, otorgado como moratoria por el propio decreto para llevar a cabo la paralización, registra una intensa actividad en las plantas del clúster azulejero de Castellón que se preparan para el cierre mientras realizan a contrarreloj numerosas expediciones de material con destino a clientes internacionales. El tráfico de camiones que salen de las azulejeras es especialmente intenso.
La patronal del sector Ascer ha emitido un comunicado en el que afirma que acata el decreto pero no lo comparte. Según afirma ese comunicado, las plantas azulejeras necesitan hasta la medianoche del 1 de abril para detener la actividad productiva con garantías de seguridad para las instalaciones y para los trabajadores. Además, reclama que se pueda seguir cargando hasta esa fecha para poder pagar nóminas y atender sus compromisos comerciales de corto plazo .
"Como sector industrial y pesado, no podemos garantizar la seguridad de los trabajadores y de las máquinas si únicamente contamos con un día para detener toda la actividad. Es imperativo que se aplique el sentido común y un mínimo de flexibilidad para garantizar la parada de la actividad, por lo que nuestro sector debe disponer al menos hasta medianoche del miércoles para detener su actividad con un mínimo de seguridad", afirma Ascer.
Para Ascer, esta paralización obliga a las empresas del sector a soportar económicamente la gestión de la crisis y que a medio plazo conllevará pérdidas irreparables de empleo y actividad. La decisión de bloqueo total limita la capacidad de reacción de las azulejeras para poder ajustarse al momento actual y tomar decisiones que garanticen en un futuro los puestos de trabajo y la viabilidad de las empresa. Ascer pide que las medidas recogidas estén acompañadas de medidas excepcionales y urgentes que promuevan la liquidez de las empresas para hacer frente a los costes laborales sin perjuicio de una parada total de la actividad productiva y comercial y el bloqueo de la facturación.
Entre los grandes grupos, Keraben y Porcelanosa ya habían decidido paralizar sus plantas justo a partir de estas fechas, mientras que otros como Pamesa estaban apurando hasta el último momento el apagado de sus hornos y la expedición de pedidos.