La alemana Beeskin, especializada en el desarrollo de envases a partir de materiales renovables, ha lanzado dos nuevos formatos de producto: bobina y bolsa. El primero, de 30x95 cm, permite recortar el trozo deseado acorde a las necesidades de cada uno. Por otro lado, la bolsa es el complemento ideal para proteger desde galletas recién horneadas hasta sándwiches y frutas. Todos los alimentos se mantienen frescos durante mucho más tiempo, gracias a sus propiedades transpirables y antibacterianas, evitando además que se sequen y las posibles manchas de grasa, como ocurre con las bolsas de papel.
Los envoltorios Beeskin, son muy fáciles de usar: simplemente es necesario envolver y presionar ligeramente con las manos. El calor del contacto con la piel permite que el envoltorio se adapte y se adhiera a sí mismo o a cualquier superficie. Después de su uso, tan solo es necesario enjuagarlo con agua fría y un poco de detergente para que esté listo para volverlo a utilizar. Las hojas reutilizables duran hasta un año y están disponibles en diferentes tamaños. Como alternativa a otros materiales convencionales de uso diario como el plástico y el papel de aluminio, 'Beeskin' está hecho únicamente a partir de materiales puramente orgánicos, estrictamente controlados y certificados.