Hostelmarket ¿Cuáles son las perspectivas del sector hotelero español para este ejercicio y el próximo?
Raúl González.- Para el período 2009-2010 las perspectivas son francamente malas. El exceso de oferta generado en los últimos años junto con la fuerte contracción de la demanda que vivimos actualmente han provocado una caída generalizada de las tasas de ocupación de los hoteles, que posteriormente se ha traslado a los precios, creándose, especialmente en algunas zonas, una auténtica guerra de precios.
El mercado hotelero español se está convirtiendo en un mercado maduro, de baja rentabilidad y las compañías hoteleras debemos reflexionar seriamente sobre ello, ya que el negocio necesita ser reinventado. En cualquier caso se debe diferenciar entre el turismo de negocios, que se ha visto afectado en gran medida debido a la reducción de los presupuestos que las empresas dedican a reuniones, congresos e incentivos.
En lo que respecta al turismo vacacional se prevén reducciones, pero también cambios de tendencias. Está demostrado que en momentos de crisis lo último de lo que prescinden las familias es de las vacaciones. Suelen acortarlas y llevarlas a cabo en destinos más cercanos, pero las mantienen. Y es que el turismo ha pasado de ser un lujo a convertirse en una auténtica necesidad para todos.
Lo bueno de una cadena es que al tener una amplia diversificación, es más fácil compensar las bajadas de unos destinos con las subidas de otros, y así se puede conseguir que el resultado global esté más o menos equilibrado. Aunque en una crisis tan global como la que estamos viviendo es muy difícil sustraerse de la situación. El turismo es un valor sensible, pero al mismo tiempo seguro. Es algo que hoy por hoy tiene garantizado su futuro durante muchísimo tiempo.
¿Qué medidas cree que podrían aplicarse desde las distintas instituciones para poder solventar la crisis y, en concreto, sus efectos en el turismo y la hotelería?
R.G.- Es un tema a tratar desde una perspectiva global y a largo plazo, que permita, no sólo salir de la crisis, sino posicionar al turismo en el lugar que le corresponde dentro de la economía mundial y, por supuesto, de nuestro país. Es, sin duda, una de las principales actividades económicas del mundo, y un excelente multiplicador de riqueza y empleo tanto en los países desarrollados como, sobre todo, en los que están saliendo del tercer mundo.
En un momento como el actual en el que se plantea la necesidad de cambiar el modelo productivo, el turismo ha de ser visto como un motor de crecimiento con grandes perspectivas de éxito. Pero para que eso sea posible, las empresas privadas y las públicas han de llevar a cabo importantes proyectos de cara a mejorar la calidad de las infraestructuras, de los alojamientos y de la oferta complementaria, potenciar la desestacionalización de muchos destinos españoles, fomentar la diversificación y la apertura de nuevos mercados, mejorar la formación académica y profesional de los empleados, invertir en investigación y desarrollo y regular el mercado de trabajo para incentivar la creación de puestos de trabajos, entre otros.
Es triste reconocer que el sector no tiene el suficiente reconocimiento de las Administraciones, que en muchas ocasiones ponen muchas más trabas que facilidades. Espero que algún día seamos capaces de convencer a los otros implicados de que el turismo es un sector económico de vital importancia para los países, no sólo por su sostenibilidad y por lo que representa en términos de generación de riqueza y empleo, sino también por sus implicaciones en el ocio, la cultura y el acercamiento de los pueblos y las culturas que deben permitir una mejora de la convivencia.
¿Y desde las propias empresas hoteleras?
R.G.- Como he comentado anteriormente es un trabajo que hay que llevar a cabo conjuntamente, adaptando las mejoras a las necesidades del sector y, por supuesto, del mercado. El principal objetivo es mejorar la competitividad del sector turístico español y la relación calidad-precio que ofrece, profesionalizarlo y, una asignatura pendiente desde hace muchos años en Europa, unificarlo.
Y es que seguimos a años luz de los mercados norteamericanos en los que las grandes cadenas aglutinan a casi toda la oferta, y esa fuerza es la que les permite posicionarse como importantes agentes dentro de la comunidad. En España, el porcentaje de hoteles afiliados a cadenas ronda el 35%, si llega, y el resto son todos hoteles independientes que, por separado, no pueden hacer presión alguna para conseguir las mejoras necesarias.
Los proyectos conjuntos con promotoras, ¿se han visto afectados por la actual situación?
R.G.- En nuestro caso, apenas, ya que los proyectos que teníamos pendientes con distintas constructoras se concluyeron antes de que empezase la crisis, aunque en términos generales se ha producido por un lado una paralización de los proyectos no ejecutados; y por otra parte, se han puesto a la venta muchos de los proyectos acometidos durante los últimos años.
Barceló tenía prevista la creación de varios fondos para invertir en diferentes mercados, ¿en qué situación se encuentran estas operaciones?
R.G.- El Grupo Barceló es una compañía estable y financieramente muy saneada. Nunca se han hecho inversiones especulativas, y ahora, menos que nunca. Seguimos analizando el mercado, esperando a que se estabilice, y confiando en que el turismo va a ser siempre un producto interesante en el que invertir, nosotros, u otras instituciones y organismos. No hay que olvidar que los tiempos de crisis suelen ser, también, tiempos de grandes oportunidades, así que habrá que ver.
Las fuentes de financiación y los inversores están muy cautos y a la expectativa, lo que ha provocado que se ralenticen algunos proyectos en marcha. Esperamos poder seguir creciendo mediante el desarrollo de Fondos de inversión (o vehículos similares) especializados en hoteles, ya que nos permite crecer con un volumen de inversión limitado.
¿Qué medidas está adoptando el grupo Barceló en relación a los costes empresariales?
R.G.- El Grupo Barceló siempre ha contemplado, durante sus 78 años de existencia, como uno de sus principales valores el control de los costes. La única diferencia es que este año tendremos que ajustarlos aún más para hacer frente a la reducción de la demanda. Pero lo que tenemos claro es que esa disminución de los costes no se puede llevar a cabo penalizando la calidad. Seguimos siendo un grupo con visión de largo plazo.
En la actual situación de mercado todos nuestros proveedores y colaboradores deben ayudarnos a conseguir el objetivo de mantener una rentabilidad suficiente que permita que podamos seguir colaborando a futuro. No se puede pensar que los esfuerzos los debe realizar una única parte.
El lema de la campaña que hemos lanzado de cara a las próximas vacaciones de verano, “se bajan los precios pero se mantiene la calidad”. Es cuestión de conocer muy bien la operativa de los hoteles y saber en qué partidas puedes reducir y en qué otras no. Una vez más el hecho de pertenecer a una cadena nos permite aprovechar las distintas sinergias de los departamentos y aprovecharnos de las economías de escala.
¿Han puesto en marcha estrategias comerciales específicas para esta situación?
R.G.- La más destacable es la que he mencionado anteriormente, la campaña 'Super Summer', que ofrece descuentos de entre un 15% y un 20% en los mejores hoteles nacionales de la cadena, además de gratuidades para niños, y, lo más importante, manteniendo el nivel de la calidad.
Las crisis también pueden dar lugar a oportunidades, ¿está Barceló buscando oportunidades de negocio o, por el momento, la consigna es más conservadora?
R.G.- Nunca dejamos de buscarlas. Otro de los objetivos de la compañía es crecer, y ese crecimiento se basa muchas veces, y se ha basado en el pasado, en saber buscar las oportunidades que te ofrece el mercado, especialmente en los momentos de debilidad del mercado.
¿Cuál será el papel de los touroperadores en la coyuntura actual? ¿Pueden verse beneficiados por los precios ajustados de sus paquetes?
R.G.- En estos momentos de debilidad de demanda el canal de distribución, en la medida que tiene la llave para captar al cliente, se convierte en más imprescindible. Para la touroperación también los actuales momentos son una gran oportunidad.
Barceló Hotels & Resorts siempre ha mantenido una excelente relación con los touroperadores, y lo sigue haciendo ahora. Es un canal importantísimo, que cohabita con otros canales más recientes como internet y demás. En esa relación, al ser una compañía grande que cuenta con una oferta amplia y diversificada, prima la relación de equilibrio y la negociación justa que permita beneficiarse a todos los agentes involucrados.