La logística desempeña un papel crucial en un gran grupo alimentario fuertemente internacionalizado como Calvo. “Queremos convertir nuestra cadena de suministro en un elemento diferenciador”, ha declarado Rafael Amador, director supply chain del grupo Calvo, en el IV Encuentro Alimarket Logística de Gran Consumo. No en vano, la conservera obtuvo en 2014 en los mercados internacionales el 80% de sus 760 M€ de facturación y cuenta con fábricas en España -donde tiene dos plantas de productos terminado y una de envases-, Brasil -una factoría de productos terminados y otra de envases- y El Salvador -planta de producto intermedio y terminado-; una fuerte presencia comercial en Italia, donde su marca local ('Nostromo') tiene una cuota superior al 50%; y una relevante presencia comercial también en Argentina. “Operamos en esos países como si fueran mercados domésticos, por la red comercial, por la gente que tenemos en la calle; por cómo atacamos el mercado”.
Las filiales comerciales de Calvo en El Salvador, Costa Rica y Argentina trabajan con un operador logístico, al igual que la italiana Nostromo. En ese último país, Calvo se encuentra con una distribución más fragmentada que en España y en Sudámerica con un alto grado de trámites burocráticos y dificultades en la logística inversa, además de unas infraestructuras deficientes. Y esas barreras alcanzan la máxima expresión en Brasil, donde “los flujos de mercancía son fiscales, no logísticos”, ha declarado Rafael Amador.
Los mercados de exportación los acomete con un modelo mixto, pues en algunos países Calvo tiene una presencia estable a través de distribuidores y otros son mercados spot. El grupo utiliza el transporte terrestre mayoritariamente para los envíos en Europa y el marítimo y multimodal para las exportaciones al resto del mundo.
Con ese gran negocio y esa fuerte implantación fabril y comercial en el exterior, Calvo realiza un tráfico anual de 2.000 contenedores de materias primas, 500 contenedores de producto terminado y 500 de materias primas para envases, componentes éstos destinados a sus propias fábricas de envases metálicos.
Compatibilizar el coste, el nivel de servicio y el nivel de stock es uno de los grandes retos logísticos del grupo en este momento, en palabras de Rafael Amador. El grupo se enfrenta además a la necesidad de incrementar sus “actividades logísticas promocionales con nuevos formatos logísticos”. Y las soluciones que atisba Calvo, en ese escenario de mercados diversos que debe atender, pasan por la colaboración con clientes y proveedores y por el acceso a las tecnologías de la información. “La colaboración es crucial para desarrollar nuestro tráfico y somos conscientes de que somos deficientes en temas de información”, apunta el directivo.