Análisis de datos, digitalización documental, optimización de rutas, planificación de la demanda, robotización del almacén, vehículos autónomos... son algunos de los conceptos más repetidos en las conversaciones, encuestas y estudios sobre el sector logístico y del transporte, tal y como ha analizado Alimarket Logística en su último Informe sobre Logística 4.0, publicado recientemente.
Todas estas herramientas buscan avanzar en eficiencia operativa, sostenibilidad, experiencia de cliente o flexibilidad, con un objetivo último: ganar en competitividad. Sobre todas ellas, la inteligencia artificial se ha convertido en “trending topic”, acaparando el interés de numerosas empresas y prometiendo ser un factor disruptivo en los próximos años. Por poner un ejemplo, en el Termómetro sobre la Logística publicado por Alimarket Gran Consumo el pasado abril, realizado en base a más de 265 directivos tanto del sector como de empresas de consumo, cerca del 40% de los encuestados preveían incorporar IA a corto plazo en sus operativas logísticas, dos puntos porcentuales más que en años anteriores.
Pero, inteligencia artificial ¿dónde, cómo y para qué?. Esa es la principal duda a la que se enfrentan los distintos responsables de las empresas a la hora de implementar esta revolucionaria herramienta. Algunos ejemplos serían la clarificación de datos (extrapolación), la optimización de inventarios, la predicción de la demanda y del aprovisionamiento, la detección de errores a través de visión artificial, el cálculo del tiempo de llegada o los chatbots, entre otras, son áreas de fácil implantación y muy útiles para la empresa. Sin embargo, la implementación de la IA necesita de una buena recopilación de información, medición de los datos y su transformación en conocimiento, lo que implica compartir información algo al que el sector logístico es reticente, y un cambio en el modo de hacer las cosas por parte del equipo, asunto igualmente problemático en algunas estructuras.
Otro de las soluciones más demandas es la digitalización documental, donde el e-CMR (la forma electrónica de la carta de porte) sigue siendo una asignatura pendiente de muchas empresas. Este documento, que muestra el contrato de transporte entre el remitente, el transportista y el destinatario, es clave para la trazabilidad, especialmente en el transporte internacional, y su digitalización implica ventajas para los usuarios: simplificación de procesos, mayor eficiencia y seguridad, visualización en tiempo real, etc. Sin embargo, según varios estudios, menos del 10% de las empresas de transporte la habrían incorporado ya a su operativa. Asimismo, las empresas están apostando cada vez más por automatizar y robotizar sus almacenes, con dos áreas claves: los vehículos autónomos y los robots colaborativos en las labores de picking.
Mientras, en el segmento de los operadores de reparto urgente de última milla, las soluciones más demandadas están relacionadas con la trazabilidad de las entregas y la optimización de rutas, aunque ganan fuerza los chats colaborativos para mejorar la comunicación con el destinatario, elemento clave a la hora de eficientar la entrega. Estas tendencias también están llegando a las empresas de distribución alimentaria, tanto las que cuentan con una logística interna como las que la han externalizado toda o en parte, con los que ya son muchos los ejemplos de innovación en esta materia. Y, sobre todo, se habla de colaboración, no sólo entre operadores logísticos y clientes, sino también con organismos públicos, universidades, incubadoras de empresas, etc.