Según datos publicados por Euromonitor International, el mercado global de fragancias contaría con una tasa de crecimiento anual por encima del 6% entre el periodo 2017 y 2022. En concreto, en 2017 las ventas minoristas crecieron un 5,5%, alcanzando los 49.300 M$. Este crecimiento se apoya en las últimas tendencias del mercado: personalización, simplicidad, alternativas limpias, experiencias más inmersivas en retail, productos premium… Precisamente se estima que el segmento premiun crecerá más rápido que el “mass market” a nivel mundial, a excepción de América Latina y Europa del Este, donde los productos más masivos evolucionan positivamente. Ante esta tendencia, según Euromonitor, las marcas tradicionales, especialmente las de diseñadores de lujo, deberán hacer frente a la creciente competencia que está surgiendo con los productos “niche” e “indie”. A esto hay que añadir que el consumidor también busca productos más sencillos, aunque singulares, y con ingredientes más limpios. En este sentido la industria de las fragancias está volviendo a lo básico, eliminando ingredientes innecesarios para entregar un producto en base a la tendencia “raw”. En este sentido, la consultora marca dos ejemplos con la marca estadounidense Ostens, que lanzó la gama “Preparations”, integrada por cinco aceites de fragancias “Preparations” y seis aguas de perfume “Impressions”, para que el cliente juego como un alquimista y elabore su propio perfume, de forma libre, sin eslóganes publicitarios.
En línea a la creciente demanda de alternativas más limpias, la industria de las fragancias también está tratando de revisar los ingredientes, apostando por aquello que son hipoalergénicos, y es que para el consumidor, consciente y cuidadoso con su bienestar general, es prioritario conocer cómo se formulan los productos que emplea, ya sean cremas, maquillaje, así como las fragancias. En este camino se encuentran las recientes soluciones de fragancias veganas, como las ofrecidas por la marca estadounidense Skylar o la británica Awake Organics.
La categoría de fragancias tiene una ventaja competitiva con la oportunidad de desarrollar conceptos en torno a experiencias sensoriales. Las marcas lo están adoptando. Por ejemplo, Diptyque utiliza "pop-up stores" para interactuar directamente con los consumidores. Otros minoristas más tradicionales, como The Fragrance Shop en el Reino Unido, ofrecen sus muebles para la venta de perfumes "sniff bars", que combinan la venta física y lo digital, y en donde los consumidores pueden chatear con otros clientes de la tienda. La marca francesa Juliette Has a Gun creó una cafetería de fragancias en asociación con la empresa digital Paperscent, de tal forma que ofrece muestras personalizadas a los consumidores, y una experiencia más inmersiva. Los servicios de suscripción también son una nueva forma de venta para que las empresas lleven sus marcas directamente a los hogares.
Pese a todas estas adaptaciones y mejoras, el principal desafío para la industria de las fragancias es lograr la fidelidad del consumidor hacia su producto, ya que en la actualidad este no se decanta por un única referencia, tal y como viene ocurriendo con los cosméticos de color o de cuidado de la piel. Según la información publicada por Euromonitor, los consumidores se decantan por los diferentes formatos y tamaños que se adaptan a sus necesidades específicas.