Perfumerías Laguna, cadena con 19 puntos de venta en Valencia, quiere estar cerca de sus clientes y conocer qué buscan y qué les motiva a la hora de consumir productos de belleza. Para ello ha realizado una primera edición del "Estudio de hábitos de consumo y tendencias de belleza”, en el que ha analizado las respuestas de casi 2.000 personas, fundamentalmente mujeres, de entre 18 y 64 años, lo que le ha dado una radiografía del perfil de sus consumidores. La compañía se muestra muy satisfecha con las conclusiones, lo que le ayuda a definir su estrategia de ventas y marketing en el presente.
La principal idea que extrae del estudio es que cuidar la piel se ha convertido en una forma de bienestar personal y no solo en una cuestión estética. Las cifras muestran que el 46,6% de las personas consultadas planifican las rutinas de autocuidado para sentirse bien consigo mismas, frente a un 37,7% que lo hace para prevenir problemas dermatológicos. Andrea Laguna, directora de marketing de la cadena, destaca que el estudio “confirma un cambio estructural en los hábitos de consumo: la cosmética ya no se percibe como un lujo, sino como una inversión en bienestar y salud”, y añade que esta tendencia está impulsando a la industria “a ofrecer productos más eficaces, sostenibles y adaptados a las nuevas necesidades del consumidor”.
El informe confirmaría el momento de transformación que está viviendo la industria cosmética, marcado por tres grandes vectores: el bienestar como motor de consumo, la innovación tecnológica como herramienta de apoyo y la sostenibilidad como compromiso de futuro. “La belleza se redefine así como un equilibrio entre salud, responsabilidad y estilo de vida”, comenta.
Otra de las conclusiones que se desprenden del estudio es que el gasto en productos de cosmética forma parte de la cesta de la compra española, ya que un 45,7% de las consultadas señalan que destinan entre 20 y 50 € al mes para la compra de estos productos, mientras que un 41,2% reconoce que gasta entre 50 y 100 € mensuales. La franja de edad que destina un mayor presupuesto es la comprendida entre los 55 y 64 años.
La frecuencia con la que se adquieren este tipo de productos revela patrones de consumo interesantes. En primer lugar, destaca que un 33,5% de las consumidoras los compra entre dos y tres veces al mes, especialmente las mujeres de entre 45 y 54 años, lo que indica una adopción consolidada dentro de este segmento. En cambio, el interés disminuye de forma notable entre las mayores de 65 años y las menores de 18, lo que sugiere diferencias generacionales tanto en los hábitos de compra como en las preferencias de consumo. Por otro lado, un 26,6% de las encuestadas afirma adquirirlos una vez al mes, mientras que cerca del 14% compra al menos una vez por semana, reflejando un grupo de consumidoras más fieles o con mayor integración de estos productos en su día a día.
El estudio también revela una evolución en las rutinas cosméticas, que se han vuelto más completas y sofisticadas. Más de un tercio de las participantes afirma seguir una rutina de cuidado facial de cinco pasos o más, donde la crema hidratante, el limpiador facial y el protector solar se consolidan como los productos imprescindibles. Este comportamiento se alinea con una tendencia global hacia una belleza funcional, preventiva y basada en la constancia, en la que la prioridad ya no es la cantidad de productos, sino la eficacia y la coherencia en su aplicación.
El asesoramiento personalizado es una de las cuestiones que más valoran las participantes. El 67,3% recurre a la atención presencial, especialmente cuando busca resolver un problema concreto o modificar su rutina de cuidado. No obstante, desde Perfumerías Laguna señalan que “la convivencia entre el análisis tecnológico y la experiencia profesional marcará el futuro del sector, combinando precisión con cercanía”. La tecnología también empieza a ocupar un lugar relevante en el ámbito del cuidado personal. Se está comenzando a incorporar a la Inteligencia Artificial como una herramienta de apoyo en el asesoramiento cosmético, capaz de ofrecer rutinas y recomendaciones personalizadas. Aunque su adopción todavía es limitada: solo un 7,8% de las encuestadas han reconocido dejarse guiar por la IA, especialmente entre los 35 y 44 años, mientras que un 34% ha declarado no verse influida por este tipo de herramientas.
Otro de los factores que más impactan en las decisiones de compra son los resultados clínicos o dermatológicos que respaldan la eficacia de los productos. Según el estudio, un 60% reconoce sentirse influenciado por este tipo de evidencias, lo que demuestra la creciente confianza en la validación científica dentro del ámbito cosmético. Mientras que solo un 15,5 % tiene en cuenta las recomendaciones de influencers en redes sociales, las promociones y descuentos continúan siendo un estímulo relevante para casi el 35 % de los encuestados.
Según los datos ofrecidos, la sostenibilidad se ha convertido en un valor determinante en las decisiones de compra: uno de cada tres encuestadas considera la sostenibilidad un criterio clave a la hora de adquirir cosmética, maquillaje o productos de higiene. El 60% elige productos sostenibles por sus beneficios para la piel, mientras que solo un 22,5% lo hace motivada por el impacto medioambiental.
Las prácticas más valoradas son el reciclaje de envases y la elección de marcas con políticas sostenibles, en línea con una creciente demanda social de transparencia y responsabilidad corporativa. “Se busca coherencia: quieren productos eficaces, pero también marcas comprometidas con la salud y el entorno”, ha señalado Andrea Laguna.