La tecnología sanitaria será la principal herramienta para favorecer la independencia y autonomía personal de los mayores. Además, en el futuro, los nuevos desarrollos asistenciales permitirán afrontar el cambio hacia el envejecimiento activo, aumentando la calidad de vida de las personas mayores de 64 años, y facilitándoles su participación en la sociedad. Estas son las principales conclusiones que se desprenden del estudio 'Tecnologías para una sociedad envejecida', elaborado por la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) y la Fundación Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial (OPTI).
De hecho, según Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin, "en los últimos diez años, las soluciones tecnológicas para el sector de la salud han sido decisivas para el aumento de la esperanza de vida de los españoles y, ahora, cuando el ritmo de envejecimiento es cada vez mayor, es necesario que estas herramientas se pongan al servicio de las necesidades de la población". A corto plazo, la tecnología girará en torno a la movilidad, los sistemas de alarma y la información clínica accesible, desde cualquier plataforma remota. A medio plazo, tal y como se desprende del estudio, los expertos prevén apostar por modelos personalizados que permitan la intercomunicación entre los dispositivos y la información relativa al tratamiento y seguimiento de las personas. Finalmente, en quince años, podría extenderse el uso personalizado de sensores biométricos, la computación fisiológica, e incluso, la convivencia de los mayores de 65 años con robots asistenciales en el hogar.
En definitiva, según las conclusiones conjuntas de Fenin y OPTI, la intención de la tecnología del futuro es promover el conocimiento y la participación de los mayores en el uso de las nuevas tecnologías y en las redes sociales para que éstos dispongan de más oportunidades para tener conexión 24 horas con los profesionales sanitarios.