Nestlé comienza a dar los primeros pasos para cumplir con su compromiso de que en 2025, todos sus envases sean reciclables o reutilizables. El CEO de la compañía, Mark Schneider, ha anunciado una serie de medidas específicas, las primeras de las cuales comenzarán a implantarse en breve. Así, a partir de brero de 2019, Nestlé comenzará a eliminar todas las pajitas de plástico de sus productos, utilizando materiales alternativos como el papel. También durante el primer trimestre del año, lanzará una nueva variedad de 'Nesquik' en envase de papel, mientras que a lo largo del año se sustituirán los envases de 'Smarties' por otros sin plástico.
Nestlé Waters aumentará el contenido de PET reciclado en sus botellas al 35% para 2025 a nivel mundial y alcanzará el 50% en los Estados Unidos. Otras medidas en marcha pasan por la investigación, bien en solitario o mediante acuerdos con terceros. Así, el Instituto Nestlé de Ciencias del Embalaje está explorando nuevos materiales a base de papel y polímeros biodegradables/compostables que también son reciclables, entre otras alternativas. Esto podría convertirse en una opción valiosa en lugares donde la infraestructura de reciclaje aún no existe.
Nestlé formó una sociedad global con la estadounidense Danimer Scientific para desarrollar una botella marina biodegradable y reciclable para su negocio de agua.
Además, Nestlé está colaborando con PureCycle Technologies para producir Polipropileno (PP) reciclado de grado alimenticio.El polipropileno es un polímero comúnmente utilizado para envasar alimentos en bandejas, recipientes, vasos y botellas.
Otra línea de actividad desarrollada por Nestlé es la de eliminar a largo plazo los desperdicios de plástico en el medio ambiente en sus operaciones globales. Así se ha convertido en la primera compañía de alimentos en asociarse con el Proyecto STOP, que se lanzó en Indonesia en 2017. El Proyecto STOP es una iniciativa líder para prevenir el vertido de plástico al océano mediante el desarrollo de asociaciones con ciudades y gobiernos en el sudeste asiático. El Proyecto STOP está creando sistemas de desechos sostenibles, circulares y de bajo costo que capturan el mayor valor posible de los desechos.