La Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA, Competition and Markets Authority) anunció ayer el bloqueo de la fusión de Sainsbury's y Asda, presentada hace casi un año, ante el riesgo de que la operación pueda suponer "un aumento de precios, una disminución de la calidad y el surtido disponibles o una peor experiencia de compra", según un comunicado de la institución.
La comisión encargada de analizar la integración de las dos compañías británicas ha determinado que el acuerdo reduciría la competencia tanto a nivel local como nacional, porque no solo afectaría a las áreas en las que las tiendas de uno y otro operador se solapen. En palabras de Stuart McIntosh, jefe de la comisión, "hemos concluido que no hay otra forma eficaz de responder a nuestras preocupaciones que bloquear la fusión".
Asimismo, la CMA ha determinado que además de en las tiendas físicas, la operación también afectaría de forma similar a la venta online, al reducir la oferta, y aumentaría el precio de los combustibles de las gasolineras de ambas compañías que se encuentren muy cerca unas de otras en más de 125 localidades.
El regulador señala que ha tenido en cuenta la anunciada reducción de precios de las dos compañías ( estimada en hasta un 10% en el caso de Sainsbury's ), pero asegura que "el análisis del impacto ha mostrado claramente que de forma global la fusión disminuiría la competencia en el mercado y sería más probable que conllevara un aumento y no una bajada de precios". También valoró otros aspectos, como el incremento de la competencia que propició la entrada de cadenas de descuento como las alemanas Aldi y Lidl.
Antes de esta decisión, la CMA había presentado unas conclusiones preliminares, que precedieron un periodo de consultas en el que se tuvieron en cuenta las alegaciones de Asda y Sainsbury's.