La Comunidad de Madrid marcó un nuevo récord de sala de venta total a cierre de 2019, creciendo, como suele ser habitual en ella, por encima de la media nacional, aunque en esta ocasión no pudo cumplir con la 'tradición' de ser la región con mayor incremento del país. Hay un dato que resume cómo fue su comportamiento durante el pasado ejercicio: creó solo un 60% de la PGC abierta en el apabullante 2018, pero lo hizo con menos de un tercio de las inauguraciones que se celebraron entonces. Es decir, la clave fueron las reformas de Mercadona, que no suman nuevos establecimientos pero sí superficie y elevan a la categoría de supermercado grande a tiendas antaño menores,junto a las buenas campañas de Lidl y Ahorramas, y, en menor medida, otros habituales de las tiendas de más de 1.000 m2, como Aldi, Uvesco y Froiz, estas dos últimas demostrando el interés por el mercado menos saturado de España, ideal para que los 'barones' regionales salgan de sus mercados naturales ante la saturación de su presencia en ellos.
Las tiendas de más de 1.000 m2 pasan de ser protagonistas a la única palanca de crecimiento ante el mal comportamiento del resto de formatos por el impacto, sobre todo, de las actuaciones de DIA y El Corte Inglés; solo se salvan, y por los pelos, los autoservicios. Ello se debe en su totalidad al extraordinario ejercicio de Primaprix, que, además, está abriendo su propuesta comercial a nuevos formatos y servicios para trascender, sin abandonarlo, su posicionamiento como cadena de chollos y oportunidades, un segmento cada vez más dinámico y que alberga planes de expansión por Madrid y España.
En distribución mayorista, el ejercicio estuvo dominado por los recortes en la sala de venta de Makro, líder nacional, centrada en los últimos años en reorientar su negocio al 'delivery' para contrarrestar la madurez de la actividad tradicional de distribución vía cash.