Nestlé España cerró 2020 con ventas de 2.050 M€, superiores en un 2,7% a las del ejercicio anterior. De esta cifra, 1.342 M€ correspondieron a operaciones en el mercado local, con un retroceso de nueve décimas respecto a 2019, que la compañía achaca a las limitaciones sufridas por el canal de hostelería. Un descenso de ventas que no pudo ser paliado por el incremento en retail, pero sí por la actividad exportadora del grupo, cuya facturación se disparó un 10%. El negocio exportador de Nestlé aporta el 35% de su facturación consolidada y el 57% de su producción en volumen. La compañía destaca cómo los nuevos proyectos otorgados a sus fábricas españolas se convirtieron en un motor de crecimiento, como las salsas halal elaboradas en la planta de Miajadas (Cáceres) con destino a Oriente Medio o la leche condensada que se exporta a Australia desde la fábrica de Pontecesures (Pontevedra).
En el mercado nacional, los mejores comportamientos correspondieron a bebidas de café, tabletas de chocolate, cereales de desayuno, masas refrigeradas 'Buitoni', platos preparados ambiente 'Litoral' y productos de alimentación para mascotas de 'Purina'.
En el capítulo inversor, la compañía destinó 45 M€ a sus diez fábricas y otros 7 M a las áreas de administración, ventas y tecnología. De las inversiones industriales, más del 18% se destinaron a mejoras relacionadas con la sostenibilidad. Mención aparte merecen los más de 18 M€ invertidos en medidas excepcionales para hacer frente a la pandemia, desde el suministro a su plantilla de equipos de protección a la transformación de los espacios de trabajo para reforzar la seguridad.
La compañía destaca que a pesar de las dificultades que ha supuesto la pandemia, mantiene su plan estratégico en el ámbito de la sostenibilidad, que incluye reducir las emisiones netas a la mitad en 2030 y conseguir las cero emisiones en 2050; reducir en un tercio el uso de plásticos vírgenes en 2025 y consegir que el 100% de los envases sean reciclables o reutilizables; e incrementando la sostenibilidad de las fábricas con medidas como la puesta en marcha de la caldera de valorización de posos de café en su planta de Girona, que permite utilizar este residuo como biocombustible o el inicio en la instalación de un parque solar fotovoltaico en la fábrica de Reus.