Los efectos del cambio climático y la escalada de la inflación de todos los insumos han puesto en serios aprietos a los productores esta campaña. A estos problemas coyunturales hay que añadir la incidencia del virus del rugoso (ToBRFV, tomato brown rugose fruit virus), que se detectó por primera vez en Jordania en 2014 y que, desde entonces, se ha extendido a las principales zonas productoras de tomate del mundo.
Leer noticia completa