La nueva Estrategia Nacional de Alimentación, presentada el pasado mes de febrero, sitúa a las proteínas alternativas como una de las 17 macrotendencias de la industria alimentaria y augura la continuidad en la afiliación del consumidor a las dietas basadas en plantas, motivada por la preocupación por la salud, el medio ambiente y el bienestar animal. En esta línea, el documento pone el acento en la necesidad de promover la innovación y desarrollo de nuevos alimentos e ingredientes, ejemplificada en las nuevas fuentes de proteína alternativas, como los análogos proteicos o los hongos.
De manera más transversal, este vademécum llamado a guiar las políticas públicas alimentarias hace un claro llamamiento a abrazar la sostenibilidad en el sistema alimentario, entendida como la necesidad de equilibrar la producción de alimentos con la conservación del medio ambiente, la salud humana y el bienestar social, afirmando que la producción alimentaria con bajas emisiones, la eficiencia en el uso de insumos y el uso sostenible del agua son elementos clave para minimizar la huella ambiental.
Unos días después, coincidiendo con la renovación de su directiva, la Asociación Española de Productores de Alimentos y Bebidas Vegetales emitía un comunicado en el que reiteraba su reclamación de un marco legal “que permita el crecimiento del sector y facilite la transición hacia un sistema alimentario más respetuoso con el medio ambiente”, y en el que recordaba también la necesidad de abordar otras medidas claves, como la necesidad de un etiquetado claro, la creación de un Plan de Acción para los Alimentos plant-based -previsto para 2026- o el reconocimiento de los alimentos vegetales en las pirámides nutricionales. Todo ello, soportado por ese eje argumental que destaca la sostenibilidad de los productos plant-based, afirmando que requieren un 80% menos de agua, un 70% menos de tierra y reducen hasta 2,1 t de CO₂ al año por persona.
Se desarrollaba así un nuevo capítulo, esta vez en versión nacional, de la dinámica de guiños y reivindicaciones que mantienen desde hace años los estamentos gubernamentales nacionales y europeos y el sector plant-based, con varios frentes de incierto desenlace todavía abiertos, con la citada regulación y la equiparación impositiva al frente.
Durante los últimos meses, también hemos estado siguiendo los nuevos episodios, quizás ya los últimos, de la disputa por las denominaciones de las alternativas vegetales a los productos cárnicos. Esta batalla ha estado encabezada por el estado francés, que ha venido reiterando en el tiempo su disposición a vetar las denominaciones tradicionales cárnicas para los análogos vegetales. En España, también nos hacíamos eco el pasado mes de octubre de la iniciativa registrada por el PSOE en el Congreso de los Diputados para “luchar contra la publicidad engañosa de determinados productos veganos o vegetarianos que se venden como productos cárnicos”, para su debate en la Comisión de Agricultura.
Sin embargo, parece que definitivamente no habrá debate. Unas semanas después, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) volvía a afirmar que ningún país miembro de Unión puede prohibir que los alimentos elaborados con proteínas vegetales se comercialicen con nombres equivalentes a alimentos tradicionalmente cárnicos, dictaminando que si la información facilitada en el etiquetado cumple con los criterios del Reglamento Europeo 1169/2011, se protege de modo suficiente al consumidor. Este contexto nos remite a la juventud de la categoría, en buena medida todavía en fase de creación y aprendizaje.
Más allá de estas cuestiones referentes a la configuración de un marco regulatorio adaptado al sector, su evolución ha estado marcada por la continuidad en las grandes líneas generales que veníamos viendo en 2023. Por un lado, observamos el papel de las bebidas vegetales como locomotora de la demanda, con las alternativas vegetales al yogur volviendo al crecimiento. Y por otro, se confirma el reposicionamiento de las expectativas de consumo de la oferta más joven, donde se sitúan las alternativas veggies a los cárnicos o al queso, que pierden cierto interés por parte de la distribución y mantienen la atonía en su demanda. Lo decíamos el año pasado y la tendencia se mantuvo en 2024: el sector presenta un desarrollo a dos velocidades.
Desde la Asociación Española de Productores se ofrece una lectura de la evolución sectorial en términos positivos y se augura la continuidad en el crecimiento, a ritmo del 10% de cara a 2025. Según explican: “El crecimiento del sector plant-based no es fruto de un único factor, sino de la convergencia de varias tendencias que están redefiniendo el mercado alimentario. La sostenibilidad, la innovación y los cambios en los hábitos de consumo han sido determinantes en su expansión. Los consumidores no solo buscan opciones más saludables, sino que también valoran el compromiso ambiental de las marcas y la mejora en los procesos productivos. A su vez, la inversión en I+D ha permitido desarrollar productos más atractivos y accesibles, mientras que el interés por una alimentación equilibrada ha impulsado la demanda de alternativas vegetales”.
En el presente Informe 2025 sobre el Sector Plant-Based, desgranamos los datos de consumo más relevantes sobre las diferentes categorías que componen esta oferta, así como repasamos las iniciativas más destacadas a nivel industrial y corporativo de los protagonistas del sector. En este capítulo, destacan las operaciones de compra-venta ejecutadas durante los últimos doce meses por Refresco Iberia sobre Frías Nutrición o los movimientos realizados en los accionariados de Nutriops y Chef Sam, a los que posteriormente se ha sumado el primer paso para la integración de Sanygran en Grupo Apex.
También abordamos la actualidad de otras corporaciones líderes en la alimentación vegetal, como Liquats Vegetals y su política de internacionalización; el positivo avance de Danone en la categoría de alternativas a refrigerados lácteos; el paso adelante de 'Heura' en la diversificación y optimización organoléptica de su portfolio, como grandes titulares de un sector que continúa mostrando vitalidad en innovación.