Los datos obtenidos por ALIMARKET, sobre proyectos de construcción y ampliación de instalaciones industriales, almacenes y plantas auxiliares para los sectores de alimentación y bebidas, muestran una cierta pérdida del miedo inversor durante este primer semestre de 2010. No obstante, la realidad se impone y gran parte de los planes se encuentran en cartera, a la espera de la evolución de la economía, que de momento no parece que vaya a darnos alegrías. Si bien es cierto que la industria alimentaria ha sido de las menos perjudicadas por la crisis económica internacional (los fabricantes de alimentos se mantienen, según datos del INE, como el sector más pujante, mientras que los de bebidas se han visto más penalizados por la caída en el canal horeca).
La industria presiente que las inversiones son necesarias para no sucumbir en esta época crítica, pero la escasez de crédito bancario y la inseguridad en cuanto al comportamiento del consumo no dejan mucho margen de maniobra. También su competitividad se encuentra en entredicho, principalmente por la presión de los países emergentes. Así, la productividad de las compañías chinas crece casi el doble que las europeas. Esto ha dado lugar, por ejemplo, a un proceso de deslocalización de ciertos sectores industriales hacia países más “agradecidos”, con un menor coste de establecimiento y de cargas impositivas y legislativas.
De las 64 inversiones iniciadas en 2010, 40 corresponden al sector de alimentación (11 más que en 2009), por un importe de 709,8 M€ (casi el doble); mientras que 11 se llevan a cabo para el sector de bebidas y alcanzan casi 39 M€ (frente a las cinco obras, por valor de 12 M€, del año anterior). En cuanto a los almacenes, se ha pasado de dos, que absorbieron una inversión total de 6,6 M€ en 2009, a siete este 2010, cifrados en 27,7 M€. Mientras que las instalaciones auxiliares se han duplicado en número (hasta cuatro), en cambio se ha reducido en gran medida su presupuesto (de 116 M€ en 2009 a menos de 11 M en el ejercicio actual). También las instalaciones en el extranjero (dos en ambos años) han rebajado su coste a más de la mitad, hasta situarlo en 2010 en los 9 M€.
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