El precio de la carne de vacuno ha vuelto a instalarse en la conversación pública. Las noticias sobre su rápido encarecimiento durante los últimos meses arrecian prácticamente a diario en periódicos e informativos. Según los últimos datos del IPC de octubre, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la carne de vacuno era un 13,6% más cara en la comparación interanual. Si en diciembre de 2024 el precio medio del consumo en hogar rompía por primera vez la barrera de los 13 €/kg, sólo cinco meses más tarde, en mayo de 2025, subía ya por encima de los 14 €/kg, con un crecimiento del 7,7%, según los datos que nos aporta el MAPA en su análisis mensualizado del panel de consumo en hogares. Atendiendo a la progresión que dibujan ambas fuentes, todo indica que el coste del producto va a terminar el año avanzando decididamente hacia los 16 €/kg.
En este contexto altamente inflacionista, la demanda en hogar flaquea en 2025, tras dos años consecutivos sumando volumen. Según el último dato disponible del MAPA, entre enero y julio, la demanda en hogar cedía un 2,2% respecto al mismo periodo del año anterior. El primer dato acentuado de descenso de consumo volvió a aparecer en diciembre de 2024 (-4,2%) y, desde entonces, ha caído en 5 de las 7 mediciones mensuales disponibles. Ojo, porque desde el sector se da por bueno este comportamiento y se vuelve a hablar de resiliencia, atendiendo a la comparativa con la progresión de los precios.
Por otro lado, el consumo en hogar se caracteriza por el creciente trasvase en cascada del consumo desde las piezas más gastronómicas a los formatos más asequibles, con las hamburguesas ganando terreno rápidamente al frente de este movimiento. Mientras, el consumo fuera del hogar, que podría estar aguantando en 2025, sigue contando con el apoyo del creciente número de turistas que nos visitan cada año.
En este complejo contexto de oferta y demanda, desde el sector se sigue señalando a la exportación como el mejor elemento defensivo en su actividad comercial, pudiendo además priorizar a aquellos clientes que mejor valorizan la producción, debido a la citada escasez de producto que afecta al mercado europeo y a la creciente demanda desde el Magreb. Los datos de 2025 así lo atestiguan. Entre enero y agosto, la exportación progresa a ritmo del 21,8% en valor respecto al mismo periodo del año anterior, sumando un total de 1.113,03 M€, si bien en volumen cede un 6,1%, hasta las 150.157 t. El dato de volumen se ve afectado hasta la fecha por el incremento de las cotizaciones respecto a 2024, cuando la exportación progresó un 5,2%, para alcanzar las 235.111 t. En conjunto, sumando carne fresca y animales vivos, esta actividad generó 1.700 M€ durante el pasado ejercicio.
En ese terreno, España mantiene una alta concentración de su actividad en los mercados de Portugal, Italia, Francia y, recientemente, Argelia, a los que destina en su conjunto el 72,5% de las exportaciones.
Junto a los esfuerzos por continuar ganando clientes y mercados exteriores en los que la oferta nacional pueda ser competitiva, el sector enfrenta también con distintas estrategias los retos relacionados con la eficiencia productiva y, especialmente, con el fuerte incremento de los precios de la materia prima. Esta agudización de la tensión entre oferta y demanda ha llevado a la industria a pisar el acelerador en sus esfuerzos destinados a reforzar la verticalización de su estructura, tomando posiciones crecientes en el negocio ganadero. Podemos ejemplificar esta tendencias en la actividad del líder sectorial, Grupo Medina, o en la estrategia de integración vertical de Grupo Càrnia. En este Informe 2025 sobre el sector de Carne de Vacuno en España repasamos también buena parte de las inversiones que se vienen acometiendo desde el sector.