La promotora inmobiliaria Reyal Urbis , que se encontraba en concurso de acreedores desde hace cuatro años, no ha superado el mismo y será finalmente liquidada, después de que la propuesta de convenio presentada a sus acreedores sólo tuviera el respaldo de poco más del 32% (frente a un necesario 75%), según la información inicialmente publicada por la agencia Europa Press. La propuesta de convenio, cuyo plazo de aceptación expiraba el pasado 31 de mayo, incluía quitas en torno al 90% para los principales acreedores , entre los que se encuentran Sareb (1.066 M), Santander (500 M) y Hacienda (435 M). Según las citadas fuentes, la auditora BDO, administración concursal de Reyal Urbis, ya ha comunicado al Juzgado de lo Mercantil Número 6 de Madrid el resultado de las adhesiones al convenio y, en unos días, el juzgado enviará el mismo a la empresa para que se inicie formalmente el proceso de liquidación.
La compañía acumula un pasivo de 4.660 M€ y cuenta con una cartera de activos de 1.170 M, con lo que soporta un agujero patrimonial de 3.490 M. De ese volumen de activos, unos 860 M corresponden a suelos, unos 200 M a viviendas terminadas sin vender y otros 190 M a inmuebles que generan rentas por su alquiler. Reyal sólo desarrrollaba su actividad patrimonial (edificios de unos 120.000 m2), entre otras mediante la filial Rafael Hoteles , desde que, en febrero de 2013, entrara en concurso de acreedores y mantenía prácticamente paralizada su actividad promotora, antes su principal línea de negocio.
Reyal Urbis, controlada y presidida por Rafael Santamaría Trigo, adquirió su actual tamaño al adquirir en 2006 la mediana Construcciones Reyal a Banesto la compañía Inmobiliaria Urbis , entonces una de las primeras promotoras de país, por un importe de 3.317 M€. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y el derrube del valor de los activos del sector, las sucesivas refinanciaciones no han podido apuntalar un negocio atenazado por una ingente deuda y un cuantioso desfase patrimonial. En 2016, Reyal Urbis tuvo unos ingresos de 46 M y pérdidas de 156,2 M , con un plantilla media de 259 personas.