Guialmar lanza 'Glassilium', un vidrio templado que sigue una serie de procesos que hace que sea muy resistente y seguro que no se raya y soporta altas temperaturas. Este vidrio templado es tratado con procedimientos térmicos diferentes para conseguir que la resistencia sea superior a cualquier otro tipo. Se inicia con la tracción de la parte interna y la compresión de la parte externa permitiendo que cada impacto que reciba el vidrio sea absorbido sin romperse o quebrarse, y si llegara a pasar, no se astillará, sino que se desmenuza en gránulos, lo que minimiza al máximo el riesgo de sufrir cualquier tipo de daño.
El vidrio templado 'Glassilium' se obtiene tras pasar por una serie de fases de procesamiento: se corta el vidrio con la forma encargada por el cliente. Es el primer paso puesto que cuando se templa, no es posible cortarlo sin romperlo. A continuación, se revisan los perfiles de las zonas cortadas y se lijan para suprimir imperfecciones. Después, se limpia la superficie del vidrio y se calienta progresivamente hasta casi 1.000 ºC. Por último, se enfría el vidrio rápidamente con aire para conseguir que quede expuesto en su superficie de compresión y a esfuerzos de tensión en el interior.
Tal y como señala Álvaro González, responsable de marketing en Guialmar, "el montaje es clave en el acabado final, así como en la durabilidad de la cocina resultante. Después de más de 30 años de experiencia, hemos desarrollado una metodología única para el montaje de los materiales, dando como resultado un mejor acabado". 'Glassilium' puede colocarse en diversos lugares, como, la encimera de la cocina o para forrar paredes, en el suelo, en mamparas, como separador de ambientes o en el baño.