A pesar de que existe una corriente muy favorable, tanto social como institucionalmente, para incrementar el uso de materiales reciclados en toda Europa, la realidad es que el consumo de esta materia prima ha experimentado un frenazo en seco en los últimos dos años que preocupa a todos. Con los precios de los materiales vírgenes en rangos relativamente bajos, la posibilidad de apostar por una materia prima más sostenible ya no se ve como una inversión sino como un costo. Pero además hay un panorama legislativo confuso y que, tal y como reclama la industria, no termina de forzar el desarrollo de esta industria para alcanzar los ambiciosos objetivos que se ha marcado Europa para 2030. El mercado, no obstante, se mueve, con un año profuso tanto a nivel de adquisiciones como de operaciones de inversión, porque nadie duda de que el futuro del plástico pasa por potenciar el reciclado.