La papelera Lecta Group, con plantas de producción en Francia (Condat), Italia (Cartiere de Garda) y España (Torraspapel) y 3.157 trabajadores en plantilla, ha presentado las cuentas relativas al ejercicio concluido en diciembre de 2019, que refleja una cifra de negocio de 1.382,8 M€, con un ebitda de 93,3 M€ y pérdidas de 51,3 M€.
Tras el proceso de reestructuración que ha ejecutado (capitalización de 400 M de los 600 M€ de deuda y salida del capital de CVC), la compañía esta desarrollando un plan de reconversión con el que alcanzar en 2023 los 1.429 M€ de facturación y los 151 M de ebitda.
Precisamente, su proceso de reestructuración está detrás de los 51,3 M de pérdidas del grupo en 2019 (frente a -2,44 M€ un año antes), generadas por un extraordinario de 63 M en cargas financieras. El objetivo de Lecta para el ejercicio 2019 era obtener 93 M de ebitda, previsión que se ha cumplido (si bien está por debajo de los 116,3 M alcanzados un año antes), y 1.294 M€ de ingresos, una estimación que se ha visto mejorada en un 6,8% (si bien la cifra es un 7% inferior a la obtenida en 2018, de 1.486,4 M€).
En términos de volumen, las 1.253,7 t de papel comercializadas en 2019 suponen algo más de un 12% de retroceso en relación al año anterior. En relación a la aportación de cada una de sus líneas de actividad a la cifra de negocio, cabe destacar que ha conseguido reforzar, como era uno de sus objetivos, la línea de papeles especiales (que aporta una mayor rentabilidad), que ha pasado de suponer el 30% de la facturación a rondar el 35%.
En cuanto al impacto del Covid-19 en sus cuentas, Lecta estima que es pronto para determinarlo, si bien, se espera que afecte tanto a las ventas como al ebitda del ejercicio en curso. Más allá del "gran impacto humano" por los posibles trabajadores afectados, el grupo alude a cierres temporales de "una o varias instalaciones (fábricas, almacenes, oficinas de ventas, oficinas centrales)" debido a las "restricciones impuestas en ciertos países, las limitaciones de los proveedores para fabricar y entregar la materia prima o reducciones en la demanda de productos fabricados o comercializados por el Grupo". Precisamente, su filial italiana, Cartiere de Garda, paralizó su actividad hace algunas semanas.