El Grupo Vidrala ha saldado el primer trimestre de 2020 con un resultado neto consolidado de 29,8 M€, lo que representa un crecimiento del 6,8% en relación a los 27,9 M€ obtenidos en el mismo periodo del año anterior. El ebida acumulado en el periodo ascendió a 59,9 M€, un 4,7% más en términos reportados o un 4,4% a divisa constante, variación derivada de que una parte importante de su negocio se desarrolla en el Reino Unido. El ebitda obtenido representa un margen sobre ventas del 24,6%, frente al 23,8% de hace un año.
En términos de ingresos, el comportamiento fue bastante más plano, pues las ventas de Vidrala en el primer trimestre de 2020 se incrementaron en un 1,4% (1,1% a divisa constante), hasta quedar situadas en 243,7 M€.
Con respecto a la posición financiera, la deuda a 31 de marzo pasado se situó en 313,1 M€, lo que refleja una disminución de un 27% respecto a la misma fecha del año anterior. Representa un ratio de apalancamiento de 1,1 veces el ebitda acumulado en los últimos doce meses, frente a las 1,7 veces de hace un año, cuando la deuda alcanzaba los 426 M€; o las 2,2 veces en marzo de 2018, con 503 M€ de deuda.
Asimismo, señala Vidrala, mantiene una liquidez de 223 M€, “en forma de recursos de financiación inmediatamente disponibles, no utilizados y comprometidos por las fuentes financiadoras”. No existen vencimientos de deuda significativos anteriores al año 2023.
Vidrala es una empresa de packaging de consumo y sus productos y servicios son parte de la cadena alimentaria y contribuyen a mantener las actividades de sus clientes, ayudando así a garantizar el abastecimiento a los consumidores. Por ello, y “aunque los gobiernos en las diferentes regiones en las que operamos están adoptando decisiones que restringen determinadas actividades, la fabricación de envases de vidrio ha sido reconocida como una industria esencial, dada su importancia para soportar la cadena alimentaria, y nuestros ocho centros productivos se mantienen operativos”.
No obstante, las medidas para contener la pandemia tendrán impacto sobre la economía, restringirán temporalmente algunas actividades relevantes de ocio incluyendo el canal horeca y afectarán inevitablemente a la demanda. “Ante una situación particularmente cambiante, Vidrala mantendrá la disciplina de adaptar progresivamente su capacidad productiva con el objetivo de proteger el negocio”. En todo caso, añade la compañía, “los beneficios de nuestro ambicioso plan inversor, los efectos positivos del reciente ajuste en nuestro perímetro tras la venta de actividad en Bélgica y los planes de acción operativos en curso deberían contribuir a mejorar nuestra competitividad, reforzar nuestro posicionamiento comercial y, en cierto grado, mitigar el impacto en nuestros márgenes”.
En cualquier caso, concluye Vidrala en su comunicado, “las directrices de largo plazo se mantendrán intactas, firmemente enfocadas hacia nuestras tres prioridades: el cliente, la competitividad y el capital. Mantendremos una estricta disciplina financiera, una sólida posición financiera y un enfoque en la rentabilidad a largo plazo”.