El proyecto ‘Bioprocess’, liderado por el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), se centra en mejorar las propiedades mecánicas y barrera de los bioplásticos para obtener films destinados a envases flexibles de altos requerimientos en sectores como el alimentario, cosmético e higiene personal, detergencia y limpieza. La investigación cuenta con dos empresas colaboradoras: Potato Bioplastics, empresa fabricante de nuevos bioplásticos de fuentes renovables y Gaviplas, especializada film flexible.
La investigadora en Envases en Aimplas, Alicia Naderpour, ha señalado que “en ‘Bioprocess’, hemos abordado el enfoque one-step para la producción de films a partir de polímeros naturales, pues ofrece una serie de ventajas significativas en términos de eficiencia, sostenibilidad, calidad del producto y preservación de las propiedades naturales de los materiales. Además, el objetivo es mejorar las propiedades de los bioplásticos mediante la orientación de las cadenas poliméricas para aplicaciones de envase sin que se vea perjudicada su propiedad de biodegradación y/o compostaje”.
El uso de bioplásticos en el sector envase -ha añadido la investigadora- “se plantea como alternativa a los plásticos convencionales en aquellos casos donde quedan restos de comida en el envase, lo que dificulta el reciclado de los materiales del envase. Por tanto, mediante el empleo de bioplásticos en dichas aplicaciones es posible valorizar orgánicamente estos residuos de envase para la obtención de compost de calidad”.
En el proyecto ‘Bioprocess’, Aimplas ha aplicado la tecnología de extrusión por MDO (Machine Direction Orientation) con diferentes bioplásticos comerciales para obtener estos films flexibles biodegradables y/o compostables y ha desarrollado, además, nuevas formulaciones de polímeros naturales, como polisacáridos y proteínas animales y vegetales, para el estudio de la modificación de sus propiedades mecánicas y barrera al ser procesados por extrusión de lámina no orientada y extrusión MDO.
Estos materiales procedentes de fuente natural pueden provenir de algas, almidón de maíz o patata, gelatinas o proteínas, y en muchos casos son subproductos de diferentes industrias, dando un valor añadido a esos materiales de bajo coste, lo que los hace buenos candidatos para su uso en aplicaciones de envases sostenibles.
Tal y como ha recalcado Rosa González, investigadora líder del Clúster de Packaging en Aimplas, “el empleo de polímeros naturales no modificados químicamente gana terreno en estas aplicaciones ya que son susceptibles de ser utilizados para la fabricación de los envases y productos de plástico que quedan prohibidos por la directiva SUP. Pero, estos materiales deben tener las características adecuadas para poder transformarse mediante procesos convencionales de obtención de envases, como la tecnología de procesado por extrusión y, además, deben cumplir los requerimientos necesarios para conservar los productos que contienen en su interior”.