Desde la aprobación del Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo, sobre la reducción del consumo de bolsas de plástico, el volumen de este producto que se ponen en el mercado cada año en España ha descendido un 40% de acuerdo a los datos del registro que elabora el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, creado precisamente en el marco de este Real Decreto y que recoge estadísticas de fabricación o importación de bolsas desde 2017.
En ese año, el mercado español consumió 11.238 M de bolsas de plástico (contando tanto las de plástico tradicional como las compostables). En 2023, último ejercicio del que hay datos disponibles, la cifra se reduce a 6.890 M. Si calculamos el consumo per capita, en 2017 se pusieron en el mercado 241 bolsas por habitante, mientras que en 2023 fueron 142, un 40% menos.
Desde Anaip, Asociación Española de Industriales de Plásticos, se expone que con estas cifras se puede decir que se están cumpliendo los objetivos del Real Decreto 293/2018, que pretendía que se redujera el consumo de estos productos, apostar por la reutilización y por el uso de materiales compostables y marcaba las características que debían cumplir las bolsas que se pusieran en el mercado desde entonces, que básicamente se centraban en dos grandes productos:
* Bolsas de plástico con espesor igual o superior a 50 micras y un contenido de al menos el 50% de material reciclado. Estas bolsas están diseñadas para ser reutilizables, se desechan en el contenedor amarillo al final de su vida útil y pueden fabricarse conforme a la Norma UNE 53930-1 y 2. Se utilizan en las líneas de caja de los supermercados y en el comercio en general y se suele cobrar por ella: si tienen más del 70% de plástico reciclado, no es obligatorio cobrarlas, pero si tienen menos, sí lo es.
* Bolsas ligeras (de entre 15 y 49 micras) y muy ligeras (de menos de 15 micras) fabricadas en material compostable según la Norma Europea UNE-EN 13432. Estas bolsas son de un solo uso, se utilizan principalmente en la sección de frutas y verduras de los supermercados y al final de su vida útil se desechan en el contenedor orgánico para ser compostadas. Las de menos de 15 micras no están sujetas a obligación de cobro, las de 15 a 49 micras, sí.
Si se desglosan los datos en función de las materias primas que se utilizan, se observa que la producción de bolsas de plástico tradicional −fabricadas con PE y que desde el Real Decreto deben incluir al menos el 50% de material reciclado− ha caído desde los 11.198 M hasta los 3.677 M, es decir, de 240 bolsas por habitante a 76.
Las de material compostable han seguido la tendencia opuesta, su uso ha crecido ya que son las que se priorizan para aplicaciones de un solo uso como en las secciones de fruta y verdura de los supermercados, para que puedan desecharse en el contenedor orgánico y compostarse. Han pasado de ser residuales en 2017 (cuando se fabricaron 40 M, 0,86 bolsas por habitante) a consumirse 3.200 M en 2023, es decir, 66 bolsas por habitante.
Con la obligación de utilizar material reciclado en la fabricación de bolsas de plástico con espesor igual o superior a 50 micras, la industria ha aumentado mucho el consumo de plástico reciclado. En 2017, también según los datos que aportan los productores al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se utilizaron 8.000 t de plástico reciclado, mientras que, en 2023, se utilizaron 40.000 t. En total, desde 2017 hasta 2023 se consumieron 194.000 t de este tipo de material, lo que supone que se ha evitado la emisión de más de 300.000 t de CO2 a la atmósfera.
Conseguir estas cifras demuestra, afirma Anaip, no solo el aumento de la concienciación ciudadana en favor de la sostenibilidad, apostando por la reutilización y colaborando en la correcta gestión del fin de vida de los distintos tipos de bolsas, sino también el trabajo de la industria para adaptarse a estas novedades en tiempo récord. Para cumplir con el Real Decreto, el sector ha tenido que hacer grandes inversiones y un esfuerzo muy importante en áreas como la innovación, el desarrollo de materias primas, el diseño de producto, la normalización y la certificación.