La reiterada petición del sector turístico de reducir el IVA de sus servicios, expresada de manera directa ante el Gobierno en el Consejo de Ministros monográfico celebrado en Mallorca el pasado 24 de julio, no sólo ha sido desoída sino rebatida. El Proyecto de Presupuestos Generales del Estado redactado por el Ejecutivo contempla el incremento progresivo del IVA reducido y general, relativo, entre otros, a los servicios turísticos y de restauración. Así, el Impuesto sobre el Valor Añadido aplicado a hoteles y restaurantes pasa del 7 al 8% mientras que los paquetes de viaje de las agencias suben dos puntos, del 16 al 18%. Estas modificaciones entrarán en vigor a partir del 1 de julio de 2010.
Los representantes de las empresas del sector no han tardado en reaccionar, sin excepciones, explicando los motivos de su desacuerdo. Para la patronal CEOE, las nuevas medidas fiscales afectarán de manera más destacada al comercio y al turismo; agradece la eliminación de la deducción de los 400 € del IRPF y la rebaja de cinco puntos en el Impuesto de Sociedades para las pymes, pero lamenta que esta medida no se haya ampliado a todas las empresas que creen empleo. La Mesa del Turismo, agrupación que representa a más de 70 compañías del sector, ha expresado sus temores de que el encarecimiento de los paquetes turísticos perjudique la competitividad del destino España frente a potencias turísticas emergentes, además de pronosticar un retraso de la recuperación de esta actividad hasta 2010 por la desincentivación del consumo.
La CEHAT (Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos), representante de más de 11.000 establecimientos, en un comunicado enviado a los Ministerios de Economía y de Industria, Turismo y Comercio y a las principales formaciones políticas, se ha decantado por comparar la situación de España con la de los países de su entorno, señalando que 22 de los 27 estados miembros de la Unión Europea aplican una tarifa reducida. Algunos de los competidores más cercanos, como Francia o Grecia, precisamente redujeron su IVA este verano al 5,5% y al 3,5%; Portugal lo tiene establecido en un 5%, mientras que en países en los que se había subido en años anteriores, caso de Suiza, Irlanda, Holanda o Islandia, se ha vuelto a aflojar la presión, en algunos casos a una tasa híper reducida.
Por su parte, para la Federación Española de Hostelería (FEHR), el incremento hasta el 8% es, junto al endurecimiento de la ley del tabaco, "la puntilla" para miles de pequeños bares y restaurantes. Según datos de la asociación, desde el inicio de la crisis a mediados de 2007, el sector acumula una caída de los ingresos del 10% y que en el caso de los pequeños establecimientos llega incluso al 20%.
El rechazo también se ha hecho notar desde todo tipo de asociaciones locales, tanto de restauración como turísticas. La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Alicante (APEHA) se muestra contraria a reforzar el IVA ya que "se debe considerar como un valor ya consolidado"; la Federación Hotelera de Mallorca (FEHM) lamenta las repercusiones, a su juicio negativas, que estas medidas tendrán sobre los resultados de las empresas, el empleo y la economía en general. Un problema fundamental, sobre todo en el caso de los paquetes vacacionales que ya se están vendiendo de cara a 2010 a precios con IVA incluido, es la asunción de este sobrecoste en las cuentas de las empresas, ya lastradas por la reducción de precios practicada en los últimos meses. El impacto negativo será inmediato, según la FEHM, en el empleo, los programas de vacaciones sociales y las inversiones en las empresas. La Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm y de la Costa Blanca (HOSBEC) también se muestra rotundamente en contra de esta medida, si bien al menos se felicita de que se vaya a aplicar desde el 1 de julio, aliviando las dificultades de la campaña de invierno, la más complicada.