Las estrategias hacia un transporte y una logística más respetuosos con el medioambiente están combinando la inversión empresarial con la optimización de los trayectos y la colaboración entre actores y eslabones. El mayor precio de algunos nuevos sistemas y formas de movilidad condicionan las políticas, en las que se han abierto paso con fuerza los duotráileres y biocombustibles. Los primeros suponen un mayor aprovechamiento de los trayectos y una disminución de los costes e implican un descenso del 25-30% de las emisiones por tonelada. Los combustibles renovables, con un descenso del 90% de las emisiones, encierran un aprovechamiento de la biomasa y los residuos. De este modo, compañías alimentarias como Migasa y Bunge han firmado acuerdos de suministro de subproductos para fabricar biocombustibles. Por su parte, Sesé, Lodisna y Carreras encabezan el empleo de los combustibles renovables en el sector de transporte de mercancías, mientras los retailers se inclinan por los dúos. En la distribución urbana, destacan el recurso a los vehículos eléctricos y el desarrollo de los programas de Makro, Heineken, Lidl, Calidad Pascual, Danone y Henkel. Por su parte, Chep ha adherido a más de 60 compañías a su sistema de transporte colaborativo, ‘AirShared’. En el ramo de gran consumo, conforme a las nuevas medidas adoptadas en 2024, cabe mencionar la apuesta diversificada de Mercadona y Nestlé España. Ahora, se vislumbra un escenario futuro de distintas fuentes energéticas y combustibles -en función del tipo de operativa, carga y distancia-, en el que piden paso el hidrógeno, el biometano y el metanol.