Las exportaciones sustentaron al sector del dulce en el pasado 2022. Según los datos incluidos en el Informe Anual de la Asociación Española del Dulce (Produlce), las ventas exteriores de los productos de cacao y chocolate, caramelos y chicles, galletas, pastelería, bollería y panificación y dulces de navidad crecieron un 22,7%, hasta los 1.946 M€, de forma que la balanza comercial se mantuvo en positivo, con 770 M€, un 34,7% más que en 2021. Esto permitió al sector cerrar el ejercicio con un avance del 12,2% en su cifra de negocio, que se situó en 6.757 M€.
En volumen, sin embargo, se mantuvieron los datos del año anterior. La producción del sector del dulce se situó en 1.592.000 t, con un incremento de la demanda exterior del 4,7% (634.500 t) y una reducción del 2,9% de los volúmenes para el ámbito doméstico. Así, el consumo interno aparente bajó un 0,4%, puesto que las importaciones crecieron un 8,4%, un porcentaje menor que el de años anteriores. Esto, según Produlce, responde a las mejoras en productividad, especialización y calidad de los fabricantes españoles de dulces. En términos económicos, las compras de dulces al exterior, principalmente Europa, crecieron un 15,9%, hasta los 1.176 M€.
Para Olga Martínez, presidenta de Produlce, “nuestro sector, al igual que el conjunto de la ciudadanía, ha sido uno más de los damnificados por la espiral inflacionista que la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha generado. No obstante, el haber mantenido nuestros volúmenes de venta respecto a 2021 es una prueba irrefutable de que el consumidor ha valorado los esfuerzos realizados por la industria del dulce, una confianza que se ha traducido en un incremento de la facturación y que ha redundado en una importante contribución al empleo, en el avance en materia de innovación y en la positiva progresión de las exportaciones que, una vez más, posicionan a esta industria como un importante dinamizador de la economía española”.
Por categorías, buena parte de los resultados logrados por el sector fuera de nuestros fronteras se debe al crecimiento de la categoría de caramelos y chicles, que logró un avance del 31,2% en sus ventas exteriores, de forma que más del 55% de su valor total ya procede de la exportación. En galletas, otra de las categorías que más actividad internacional desarrolla, el crecimiento fue del 17,6% y esta partida aporta actualmente el 34,3% de sus ingresos. No obstante, las ventas de galletas fuera de nuestras fronteras cayeron un 7,1% en el último año.
Por mercados, Europa se consolida como el principal consumidor de los productos dulces fabricados en nuestro país, con unas compras en el último año valoradas en 1.359 M€ (+23,5%), con Francia y Portugal a la cabeza; sin embargo, desde el sector se valora el crecimiento de otros mercados como EEUU o Marruecos, donde se sigue poniendo el foco.
Detrás de este comportamiento, hay que apuntar también el efecto de la competitividad y la innovación impulsadas por la industria. Como hito destacado, la AESAN ha concluido en este ejercicio su evaluación del Plan de Mejora de la Composición de Alimentos y Bebidas, en el que se ha concluido que el sector del dulce ha cumplido con los objetivos de reducción de grasas y azúcares firmados. En más de la mitad de los casos presentados los ha reducido, al menos, el doble y, en un 40% de ellos, lo ha hecho más de cuatro veces. Asimismo, la ampliación de gama ha estado presente en todas las categorías de producto representando el 39,8% de las innovaciones aplicadas. Le sigue el rediseño vinculado a sostenibilidad acaparando el 25%, y el tercer puesto lo ocupa, con un 15%, la reformulación.