El alto precio y la volatilidad del café obliga a los operadores de café a desarrollar estrategias para contener sus costes y que su competitividad no se vea mermada. Por ello, en el último año se han multiplicado las inversiones industriales para ganar eficiencia energética, productiva o logística e incrementar su capacidad, con el objetivo de contrarrestar el encarecimiento de su materia prima esencial.
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