El productor de envases Alpla ha desarrollado una botella de PEAD fabricada únicamente a partir de material reciclado que se comercializará bajo la enseña ‘Canupack’ y que se destina al envasado de champú y jabón líquido. De acuerdo a sus datos, este nuevo envase ofrece alrededor de un 71% menos de generación de carbono que con tipos de envases comparables ofreciendo una completa reciclabilidad tanto de la botella como de la tapa, y un peso total de aproximadamente solo 14 g.
La huella de carbono de ‘Canupak’ se calculó en cooperación con el especialista en neutralidad en carbono ClimatePartner, con sede en Londres. “Existe una demanda creciente de productos sostenibles, tanto entre nuestros clientes como entre los consumidores finales”, dijo Philipp Lehner, director ejecutivo de Alpla. “Los envases optimizados con carbono tienen un papel clave que desempeñar aquí. Ya tenemos los conocimientos y la experiencia en la producción de soluciones orientadas al futuro.”
Alpla tiene como objetivos propios que su embalaje sea totalmente reciclable para 2025, y el material reciclado posconsumo represente el 25% de los materiales utilizados. La compañía está invirtiendo 50 M€ cada año en actividades de reciclaje, utilizando cada vez más materiales reciclados en sus plantas y minimizando los viajes de transporte con plantas de reciclaje internas directamente en las instalaciones de sus clientes. En este sentido cuenta ya con varias plantas dedicadas a obtener material reciclado optimizado para packaging, tanto de PET como de PEAD, incluyendo también sendos centros en nuestro país.
En nuestro país el grupo Alpla cuenta con cinco plantas de producción en Requena (Valencia), Les Franqueses del Vallès (Barcelona), donde tiene dos centros, Noblejas (Toledo) y Sax (Alicante) especializadas en preformas y botellas de PET, envases de plástico y tapones. En 2020, último ejercicio conocido, logró unos ingresos de 98,68 M€ (91,18 M€ un año antes), con exportaciones valoradas en 9,87 M€ (13,66 M en 2019). A estas cifras habría que sumar las alcanzadas por Plastisax, que gestionaba la planta alicantina adquirida ese mismo año, que ascendieron a 10 M€ con 58 empleados.