"Hoy el empresario piensa: o salgo al exterior o estoy muerto"

" Hace 8 años, la mayor parte de directivos de pymes en España te decía por qué tengo que exportar si estoy aquí muy bien y gano dinero. Hoy ha habido un cambio de mentalidad y ese mismo empresario te dice: o salgo o estoy muerto ". José Luis Bonet, presidente de Freixenet, de la Fira de Barcelona y el Foro de Marcas Renombradas, resumía de esta manera tan gráfica el giro que ha dado buena parte del sector empresarial en España con la llegada de la crisis. Y ahondaba en el cambio: " En el sector del vino, hay 4.000 bodegas en España. El 12% acapara el 95% de las exportaciones, es verdad, pero el cambio es que 3.900 de ellas ya exportan ", un cambio de mentalidad que Bonet entiende como estructural y que constituye una oportunidad para

Aunque aún queda mucho camino por recorrer: " el sector del vino exporta 20 Mhl cada año, de los que la mitad son graneles que se venden a países vendedores. El reto del sector del vino español es exportar en 10 años el 100% envasado y con marca ".

En todo caso, el presidente de Freixenet ha tirado de su propia experiencia para explicar los cambios que se han producido en el ámbito de la exportación en los últimos cincuenta años. " En 1966 abrimos una filial en Londres para comercializar nuestros productos en Reino Unido y durante 20 años perdimos dinero. Es lo que yo llamo la ley Bonet, hoy felizmente caducada: 20 años para empezar a ganar dinero y 40 años para ser líderes. Hoy se puede ganar dinero, incluso con suerte ser líder, mucho antes ".

Empezando a superar la crisis

La salida al exterior ha sido un elemento importante, pero no el único que explica la salida de España de la recesión, aseguró Bonet en su intervención en " Diálogos de la Internacionalización ", un foro promovido por el Club de Exportadores y organizado por Mode. En este sentido, destacó el papel fundamental de la Unión Europea y su Banco Central, que inyectaron liquidez en el peor momento de la economía española. Asimismo, el turismo y la exportación han permitido paliar la debilidad del consumo interno. Y el cuarto factor ha sido la devaluación interna: " los trabajadores han aceptado de manera admirable una devaluación de sus emolumentos que ha hecho competitivo al tejido productivo ".